Con la materialización de la salida del Reino Unido de la Unión Europea cada vez más cerca, los pilares de su futura relación toman forma. Este lunes los Estados miembro han aprobado de forma unánime la aplicación del acuerdo de relación posbrexit sellado el pasado jueves por Londres y Bruselas, que entrará en vigor el próximo 1 de enero y que se aplicará provisionalmente durante dos meses.

Los embajadores de los Veintisiete han dado luz verde a un pacto que aún necesitará la ratificación definitiva del Parlamento Europeo en una votación que se prevé que se realice durante el primer pleno en la tercera semana del 2021, como ha apuntado el portavoz de la presidencia alemana del Consejo de la UE, Sebastian Fischer. Después de pasar por la Eurocámara, que no puede hacer enmiendas, solo quedará que el Consejo decida la entrada en vigor del acuerdo.

Tras anunciar la aprobación de ese acuerdo in extremis, los miembros del club comunitario europeo se dieron unos días para poder examinar la letra pequeña de las 1.246 páginas de textos legales que conforman el pacto. Con el visto bueno de los países, su firma podrá ser publicada en el Diario Oficial de la UE antes de que acabe el año y expire el periodo de transición.

Este lunes se han citado los líderes de los grupos en el Parlamento Europeo y el presidente de este órgano, David Sassoli, para analizar el resultado de las negociaciones con Londres y los pasos a seguir. El acuerdo comercial postbrexit quedará formalmente adoptado si ningún gobierno de la UE se opone a ello antes del martes a las 15.00 horas.

Críticas en Londres

Sin embargo, ese paso adelante no significa la culminación del acuerdo para la relación entre Londres y el resto de capitales europeas tras el Brexit. Si para el 28 de febrero el pacto no recibe una ratificación total, la Comisión Europea y el Gobierno británico de Boris Johnson deberán negociar la prórroga de esa aplicación provisional del acuerdo.

Esos problemas pueden desencadenarse en Londres. La cámara de los comunes británica vota el miércoles la aprobación de un pacto que ha generado cierto malestar en la isla, aunque el gobierno cuenta con una mayoría holgada para sacar adelante el texto acordado. Con el Brexit, los británicos pierden la libertad de establecerse y trabajar en los países de la UE, abriendo la puerta a los pasaportes, y el acceso al programa Erasmus.

Johnson, además, también ha sido acusado de traición por los pesqueros del país, cuyo sector fue uno de los principales escollos del acuerdo, y criticado porque el pacto alcanzado limita el acceso de los servicios financieros a los mercados de la UE. El propio primer ministro reconoció que el acuerdo no va quizás tan lejos como hubiéramos querido.

Acceso a los mercados

Una vez que el Reino Unido abandone la UE el próximo 1 de enero, las firmas británicas perderán el llamado "pasaporte", que permite operar en todos los Estados de la Unión sin necesidad de requerir autorización en cada uno de ellos, mientras que las firmas europeas tampoco podrán acceder al mercado británico sin el visto bueno de sus autoridades. Para garantizar el acceso de los proveedores de servicios financieros se deberá crear en los próximos meses un sistema de equivalencias como el que la UE usa con Japón o Suiza. Este sistema ofrece menos garantías que de haber llegado a un acuerdo.

El pacto alcanzado no menciona ese nuevo marco de regulación, pero ambas partes han acordado crear un mecanismo para cooperar en materia de regulación de los servicios financieros y firmar para ello un memorando de entendimiento en marzo de 2021.