El pasado sábado casi 600.000 británicos recibieron la vacuna del covid. El domingo superaron el medio millón. Casi 9 millones han recibido ya la primera dosis. Laborales o festivos, llueva o salga el sol, el plan de vacunación en el Reino Unido discurre según lo planeado y avanza como un tren bala. Un éxito inesperado gracias, entre otros, al llamado “Jabs Army”, el “Ejercito de los pinchazos”, como algún medio ha bautizado a los miles de voluntarios que están participando en la campaña masiva de vacunación.

Mike Day, un conocido documentalista escocés, es uno de los “soldados” que ha dejado la cámara a un lado para enarbolar la jeringuilla. "Cuando tengo la posibilidad de hacer algo que realmente cuenta, deseo participar sin lugar a dudas y firmé inmediatamente", ha declarado a la agencia France Presse. “Lo último que me esperaba”, añade “es estar poniendo una vacuna a centenares de personas”.

Day es uno de los 30.000 voluntarios que está reclutandode aqui a primavera la organización St John Ambulance, en colaboración con el Servicio Nacional de Salud (NHS). Uno del grupo de 120 que estos días ha recibido instrucción sobre como inyectar las vacunas en un rascacielos de Canary Wharf, el distrito de oficinas de Londres, desierto desde hace muchos meses. Personal sanitario está entrenando a los voluntarios, la mayoría sin cualificaciones médicas. Su destino será quizás un hipódromo, o un estadio de fútbol, o una catedral, algunos de los grandes centros de vacunación masiva abiertos, donde se están administrando las vacunas de Pfizer/BioNTech y la de AstraZeneca, las dos que se inoculan hasta ahora en el Reino Unido.

Respuesta excepcional

“Por supuesto cuando lleguen al centro de vacunación no se les va a poner directamente a inyectar ellos solos las vacunas. Estarán con alguien que les acompañará, tanto de St John Ambulance, como de la NHS”, ha explicado a la BBC Daryl Perkins, que está entrenando a voluntarios. Los candidatos deben tener más de 18 años, una educación equivalente al bachillerato y no poseer antecedentes penales.

La formación incluye elementos básicos de primeros auxilios y el manejo de los sistemas informáticos asociados con su misión. La jornada práctica para poner las inyecciones va precedida de un curso en internet de 15 horas sobre todos los aspectos de la tarea a realizar. Además de quienes inocularan a los ciudadanos, otros voluntarios tendrán como misión recibir y acompañar a los pacientes, en estos momentos de edad muy avanzada, desde el momento de su llegada hasta que abandonen el recinto ya vacunados.

El llamamiento lanzado desde la prensa popular, los partidos políticos y las redes sociales pidiendo colaboración ciudadana ha tenido una respuesta excepcional. Entre los voluntarios hay gente de todas las edades, profesiones e intereses, incluida alguna ‘celebrity’ como el actor Hugh Bonneville, conocido por su papel como Robert, Conde de Grantham, en la serie Downton Abbey.

La vacuna llega a las residencias

Al inicio de la pandemia, St John Ambulance, una organización benéfica con 143 años de historia, reclutó a más de 750 personas para ayudar en el nuevo hospital de Nightingale, que en Londres nunca llegó a funcionar. Ahora en cambio la colaboración de los voluntarios es vital para conseguir el objetivo de vacunar a todos los mayores de 70 años, a los más vulnerables y a los trabajadores en primera línea de lucha contra la pandemia a mediados de febrero.

La ambición es que para finales de septiembre todos los mayores de 50 años estén inoculados. “Los voluntarios son una parte esencial del programa de vacunación”, señala Carl Fazackerley, director de un centro de enseñanza, que está siguiendo el curso práctico. “La sanidad pública está ya bajo una enorme presión a causa del covid y es imposible que pueda llevar a cabo sola la vacunación”.

El lunes, la NHS en Inglaterra ofreció la vacuna todos los mayores que viven en más de 10.000 residencias. Un “hito crucial” y “el camino” para superar la pandemia, de acuerdo con el primer ministro, Boris Johnson.