El jefe del Gobierno italiano, Mario Draghi, ha tildado de dictador al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, a raíz de su desplante a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a la que sentó en un sofá lateral y no al mismo nivel que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la visita que ambos realizaron el martes a Ankara.

Turquía ha convocado al embajador italiano en la capital turca para exponer su "condena por una inaceptable retórica populista", al tiempo que ha pedido que "estas feas y descaradas afirmaciones sean retiradas inmediatamente". En respuesta a una pregunta sobre el desaire que la presidenta de la Comisión UE, Ursula von der Layen, recibió en Ankara el pasado martes, Draghi dijo: "No lo comparto, creo que se ha tratado de una conducta no apropiada del presidente turco y me ha sabido muy mal por la humillación". "Aunque aquí hay una consideración a realizar -añade el primer ministro italiano- con estos, llamémosles por lo que son, dictadores, con los que uno necesita colaborar, hay que encontrar un equilibro exacto".

Mevlut Cavusoglu, ministro de Exteriores de Turquía, condenó con fuerza las "afirmaciones sin control del primer ministro italiano sobre nuestro presidente elegido”. Horas después, convocaba al embajador italiano, Massimo Gaiani, al que ha pedido que Italia "retire inmediatamente estas feas y descaradas afirmaciones, que no se conforman al espíritu de amistad y alianza entre Italia y Turquía". La agencia italiana Ansa ha puntualizado que el ministro turco tenía "mala cara" y que, según su ministerio, "los equipos de Turquía y UE se encontraron antes de la visita y sus peticiones quedaron satisfechas”. Bruselas ha respondido que a su equipo no le fue posible asistir a la "supervisión definitiva" y Turquía ha rebatido que "al principio no estaba siquiera previsto que asistiera Ursula von der Layen".

"Voy a hablar con Draghi y concertaremos todas las iniciativas”, ha comentado Luigi Di Maio, ministro de Exteriores italiano, que, en referencia a la visita de la cúpula UE a Erdogan, ha añadido: "Aún antes que el protocolo, se trata de un mínimo de galantería".

Varios analistas se han pronunciado sobre el 'Sofogate', subrayando que, frente a la situación, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, debía de haber cedido su silla a la presidenta de la Comisión, o incluso “irse todos de la reunión”. Otros han subrayado que "todo el caso ha sido un bumerán para Erdogan”, por haber ofendido a la presidenta de la Comisión, una mujer, después de que pocos días atrás Turquía saliera de un tratado de contra la violencia de género.