El Gobierno de Washington impuso este jueves una dura batería de sanciones contra Rusia y expulsó a diez miembros de su legación diplomática por los presuntos ciberataques de Moscú, su injerencia en las elecciones estadounidenses, la ocupación de Crimea y las recompensas por soldados de EEUU en Afganistán.

Para ello, el presidente estadounidense, Joe Biden, emitió una orden ejecutiva proclamando una emergencia nacional "respecto a la amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, política exterior y economía de EEUU" que suponen las actividades "dañinas" de Rusia en el exterior.

En un llamada con periodistas, funcionarios de la Administración aclararon que EEUU no busca una escalada de tensión con Rusia pese a estas acciones: "No queremos una espiral descendente, creemos que podemos y deberíamos evitar eso, pero también hemos dejado claro públicamente que defenderemos nuestros intereses nacionales".

Sobre los diez miembros de la misión diplomática rusa expulsados, el Gobierno estadounidense únicamente ha aclarado que entre ellos hay "representantes de los servicios de Inteligencia rusos".

Inteligencia rusa

En ese sentido, Washington ha sancionado, además, a seis empresas tecnológicas de Rusia, a las que acusa de apoyar a la Inteligencia de Moscú.

EEUU ha atribuido a agencias de espionaje rusas, específicamente al Servicio de Seguridad Federal, la Dirección de Inteligencia y el Servicio de Inteligencia Exterior, el ciberataque masivo contra sistemas del Gobierno y grandes compañías estadounidenses a través del programa SolarWinds.

Hasta ahora, Washington solo había hablado de sus sospechas de que Moscú estuvo detrás de ese jaqueo, supuestamente iniciado en 2019, pero este jueves aseguró que sus servicios de inteligencia están "completamente seguros" de esa acusación.

EEUU ha sancionado también a 16 compañías y 16 individuos rusos por su supuesta injerencia de los comicios electorales estadounidenses de 2020 "por órdenes del liderazgo del Gobierno ruso".

Medidas similares ha adoptado el Ejecutivo de Biden, en colaboración con la Unión Europea, el Reino Unido, Australia y Canadá, contra cinco personas, dos empresas y un centro de detención por "la ocupación de Rusia de la región de Crimea, de Ucrania, y los graves abusos de los derechos humanos contra la población local".

Otro de los motivos esgrimidos por las autoridades estadounidenses para imponer esta batería de sanciones son las informaciones sobre recompensas ofrecidas por Rusia a los talibanes para que atacaran a militares de EEUU en Afganistán.

Con los anuncios de este jueves, quedan bloqueadas todas las propiedades que los sancionados tengan en EEUU y se prohíbe a los estadounidenses y a las personas que residan en este país cualquier transacción con las personas y entidades designadas.

Venta de deuda soberana

En paralelo a estas penalizaciones, el Tesoro estadounidense ha emitido una orden que prohíbe a las instituciones financieras estadounidenses participar en el mercado principal de bonos emitidos a partir del próximo 14 de junio por el Banco Central ruso y otras instituciones del país, en un intento de coartar su venta de deuda soberana.

Los funcionarios del Gobierno de Biden explicaron en la llamada que "este es el mercado principal que financia al Gobierno ruso", donde, aseguraron, una cuarta parte de los bonos está en manos de inversores extranjeros.

En consecuencia, auguraron que si se evita que los inversores estadounidenses sean compradores en este mercado se puede crear "un efecto paralizador más amplio, que aumente los costos de endeudamiento de Rusia, junto con la fuga de capitales y una moneda más débil".

Biden ya informó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, de estas decisiones durante la llamada telefónica que mantuvieron esta semana.

El presidente estadounidense le dijo a Putin que "EEUU iba a ejecutar una respuesta a la ciberintrusión de SolarWinds y la interferencia en las elecciones de 2020", detallaron los funcionarios.

¿Cumbre Biden-Putin?

Asimismo, Biden le propuso al mandatario ruso una cumbre bilateral en los próximos meses "en un tercer país en Europa" para analizar la relación entre ambos países, pero Putin no respondió a esta propuesta.

Aun así, "creemos que es fundamental que los dos líderes se sienten para hablar de una serie de temas que afronta nuestra relación", indicaron las fuentes estadounidenses.

Las medidas de este jueves se producen después de que en la última semana Washington haya elevado el tono hacia Rusia por su movilización militar en la frontera con Ucrania.

Esta semana los secretarios de Estado, Antony Blinken, y de Defensa, Lloyd Austin, participaron en Bruselas en una videoconferencia de ministros de Exteriores y Defensa de la OTAN, en la que se abordó la crisis en Ucrania y la retirada militar de Afganistán.

La respuesta rusa

El Ministerio de Exteriores de Rusia ha convocado este jueves al embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, tras la imposición por parte de Washington de una batería de sanciones por las actividades "nocivas" del país euroasiático, que ha prometido una respuesta "contundente".

Según ha trasladado la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, la conversación con Sullivan "será dura" para la parte estadounidense y ha detallado que, tras la reunión, Moscú publicará los resultados de la misma.

"Washington debe darse cuenta de que hay que pagar por el deterioro de las relaciones bilaterales", ha advertido, antes de criticar el "comportamiento agresivo" de la nación norteamericana.

"Ese comportamiento agresivo, sin duda alguna, se enfrentará a un enérgico rechazo, la respuesta ante las sanciones será contundente", ha avanzado Zajarova, según ha informado la agencia de noticias rusa Sputnik.

En este sentido, ha remarcado que Rusia ha subrayado en "reiteradas ocasiones" que el camino de las sanciones "no corresponde a los intereses de los pueblos de las dos principales potencias nucleares, que tienen responsabilidad histórica del destino del mundo". Así, ha añadido que Moscú ha advertido a Washington repetidamente sobre las "consecuencias de sus pasos hostiles".

En referencia a Ucrania, Zajarova ha pedido no interpretar el entrenamiento del Ejército ruso como una forma de "agresión" en el contexto de la escalada de tensiones en el Donbás. "Por segunda semana consecutiva, nuestros diplomáticos instan a los socios a no distorsionar la realidad y a no interpretar el entrenamiento militar ruso programado que se lleva a cabo en territorio ruso como una manifestación de intenciones agresivas", ha señalado.

Por otro lado, ha acusado a Estados Unidos y la OTAN de "aumentar tensiones" en torno a Ucrania. "Son los países de la OTAN los que, con sus acciones provocativas, están agravando la situación en torno a Ucrania --que, por cierto, no forma parte de la zona de responsabilidad de la Alianza-- y están alimentando los ánimos de una venganza militar", ha aseverado.

Zajarova ha asegurado que Estados Unidos y la OTAN acusan a Rusia del incremento de las fuerzas militares cerca de la frontera con Ucrania para "justificar" y "blanquear" el "aumento de la intensidad de sus propias actividades militares tanto en el territorio ucraniano como en su proximidad".

Así, ha aludido a que crece el número de entradas de buques militares de la OTAN en el mar Negro y de vuelos de bombarderos estratégicos estadounidenses sobre el mar Negro y Ucrania. Además, ha recordado que tan solo para 2021 la OTAN tiene previsto realizar siete maniobras en Ucrania.