Operarios del Gobierno de Ciudad de México intensificaron este miércoles las labores para levantar los escombros del puente de la línea 12 del metro cuyo derrumbe el lunes causó 25 muertos, mientras la mayoría de mexicanos opina que la tragedia se debió a una grave negligencia.

"Mucha tristeza y coraje porque son cosas que se podían haber evitado. No fue una tragedia por cuestiones naturales, fue negligencia desde un principio", dijo a Efe María Gómez, vecina de la zona que se acercó a observar el lugar del siniestro que se llevó la vida de al menos 25 personas y casi 80 heridos.

La tragedia ocurrió en la noche del lunes cuando cedió una viga de un puente elevado de la línea 12, entre la estaciones Olivos y Tezonco, en el oriente de la capital, provocando la caída de un tren con pasajeros que quedó encallado en forma de "V".

Esa noche, familiares de las víctimas tuvieron que emprender un largo peregrinaje por las ruinas y los hospitales de la zona hasta encontrar a sus seres queridos en la morgue de la Fiscalía.

María no estuvo en ese tren de milagro. Ese día no había ido a trabajar porque le faltaban unos materiales y se quedó en casa. Desde allí escuchó un "ruido muy fuerte" y se fue la luz.

"No es uno, son muchos los responsables de esta negligencia, porque esta línea desde un principio tuvo problemas y problemas", opinó esta vecina.

Responsabilidades políticas

Como María, el 82,7 % de los mexicanos considera que la tragedia del metro fue por una "negligencia" de las autoridades, según un sondeo divulgado este miércoles por el Gabinete de Comunicación Estratégica.

La línea 12 del metro, inaugurada en 2012 como la gran obra del entonces alcalde y actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha estado envuelta de polémica desde el principio.

El tren acabó costando mucho más de lo que se había prometido y entre 2014 y 2015 se suspendieron parte de sus operaciones por numerosos fallos.

De acuerdo con el sondeo, el 39,2 % considera que el accidente fue por falta de mantenimiento; el 23 % por problemas de construcción y el 17,9 % por corrupción durante la construcción.

La opinión de los vecinos suele coincidir: desde que fue inaugurado, el metro daba frenos extraños, las vías rechinaban y había una curva muy peligrosa.

Carlos Maínez, ingeniero civil y vecino de la zona, observaba este miércoles las ruinas del accidente convencido de que hubo "una falla estructural en las vigas".

"Hay mucha distancia de columna a columna. Esa distancia me está diciendo que falló la viga, ganó el peso", dijo a Efe este ingeniero, quien comentó que siempre ha habido corrupción en las obras públicas en México.

Después del accidente, muchos creen que quedaron hipotecadas las carreras políticas de Ebrard y de la actual alcaldesa, Claudia Sheinbaum, ambos favoritos para suceder al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

En conferencia de prensa este miércoles, Sheinbaum salió al paso y dijo que "no tiene cabida" pensar ahora en su legado político.

"Sería muy mezquino estar pensando en un asunto político en este momento. Nos corresponde atender a la ciudadanía", dijo sobre un accidente por el que todavía hay 38 personas hospitalizadas.

Por su parte, el presidente López Obrador pidió que "no se manipule" políticamente esta tragedia, por la que se decretaron tres días de luto oficial.

Zona mal comunicada

En el lugar del accidente se encontraban trabajando este miércoles peritos tanto de la Fiscalía como de la empresa noruega DNV, contratada por el Gobierno local para tener una opinión independiente de lo sucedido.

Hasta la fecha solo se ha retirado el convoy, mientras los operarios esperan el visto bueno de los investigadores para cortar las vías y catenarias que quedaron colgando y retirar los escombros que aplastaron a vehículos que circulaban por el lugar.

Gabriel, un vecino de 18 años, estuvo a punto de pasar por la zona para ir al supermercado. "Diario yo lo tomaba para ir hasta el centro. Por eso me dolió, es el transporte que suelo usar", contó a Efe.

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Como él, unas 220.000 personas iban a trabajar con la línea dorada, que conectaba los humildes barrios del sur con el centro de la capital.

Este miércoles Gabriel tuvo que ir a trabajar en bicicleta, pues la línea quedó cerrada hasta nuevo aviso y el tráfico aumentó considerablemente en la zona por los cortes de calles y los nuevos autobuses que recorren la ruta del metro.