Se terminó la tranquilidad política en Perú. Keiko Fujimori no se demoró 24 horas en romper su compromiso de respetar los resultados finales de la segunda vuelta electoral. De hecho, los cómputos no han concluido y la líder de la derechista Fuerza Popular aseguró que existen "indicios de fraude" que benefician a su rival, Pedro Castillo. Al escrutarse casi el 95% de las actas, el maestro de izquierdas obtiene el 50,28% de los votos, contra 49,72% de Fujimori. Como había augurado la consultora Ipsos, responsable de la encuesta a pie de urna el pasado domingo, los comicios se definirán por un margen muy estrecho de sufragios. Lo que no se esperaba tan pronto es que la hija del autócrata encarcelado, Alberto Fujimori, se anticipara al veredicto definitivo de las urnas. Para ella, la situación es "inaceptable". La maniobra para evitar que su tercer intento de llegar a la presidencia sea exitoso ha sido "algo planificado, sistemático, por eso es importante alertar a la ciudadanía para que nos avise si ha habido algún otro suceso".

"Hemos notado que ha habido una estrategia de parte de Perú Libre para distorsionar o dilatar los resultados que reflejen la voluntad popular, me refiero a la impugnación de actas, la mayoría tratando de evitar que las actas con mayor votación para Fuerza Popular sean contabilizadas", añadió. Según la ONPE, hasta el momento hay solo 265 actas con votos impugnados. Fujimori confió no obstante en que los sufragios emitidos por los peruanos en el exterior y que todavía no han entrado al sistema, ayudarán a "emparejar" la pelea.

La respuesta de Castillo

"Rechazamos las declaraciones de la candidata de Fuerza Popular, recordándole que Perú Libre jamás recurrió al fraude electoral, por el contrario, siempre fue víctima de este, y pese a todo supimos enfrentar y vencer", respondió Castillo. Y añadió: "seré el primero en hacer respetar la voluntad del pueblo".

La politóloga Adriana Urrutia, presidenta de la Asociación Civil Transparencia y observadora de elecciones desde hace años, aseguró, en tanto, que "no hay ninguna evidencia que nos permita hablar de fraude". La Misión de Observadores de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) ha reconocido que la contienda ha sido organizada "de manera correcta y exitosa de acuerdo con los estándares nacionales e internacionales". El organismo destacó que la segunda vuelta se celebró en un "ambiente general de civismo y tranquilidad, a pesar de las evidentes tensiones que ha producido la polarización en el país". A su vez, ponderó "la determinación y el profesionalismo" del JNE la ONPE. Por su parte, la misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) calificó a la segunda vuelta de "pacífica y democrática". Recordó además que todavía " quedan pendientes de procesar actas a nivel nacional y del extranjero, así como las actas observadas que serán desahogadas en los jurados electorales especiales". Por eso, llamó a los candidatos a mantener la "calma".

¿Voto escondido?

Las elecciones no parecen haber traído sorpresas mayores en cuento al comportamiento electoral. Castillo se impuso con holgura en el "Perú profundo", las zonas rurales más cercanas a la ciudad y la selva. Fujimori obtuvo su mayor caudal en Lima y otros importantes centros urbanos. La migración se ha inclinado hacia ella. Sin embargo, los analistas comienzan a aceptar que en la capital hubo un "voto escondido" favorable a la izquierda que los encuestadores no han podido detectar durante la campaña electoral. Esa cifra explicaría la leve ventaja de Castillo.

Horas antes de que el maestro afianzara su diferencia favorable de 0,6 puntos, El Comercio había pedido a los contendientes "el respeto escrupuloso de los resultados electorales". Aceptar el desenlace, recordó, "es, pues, aceptar la voluntad del país". Y si bien la polarización de la segunda vuelta "deja a una mitad de la población insatisfecha, la derrota es tan parte de este tipo de trances como la victoria". Para el editorial de El Comercio acusar que "el proceso estuvo amañado no hace más que mellar innecesariamente nuestro sistema democrático". Esta es una actitud que "debería asumir con especial ahínco" Fujimori en caso de confirmase su traspié.

Un sismo de magnitud 4.0 sacudió este lunes en la provincia de Huarochirí, en la región Lima. Pero el terremoto que más se teme por estas horas el político si Fujimori se niega a aceptar su eventual derrota. Las horas que vienen serán de tensión. El presidente interino, Francisco Sagasti, hizo un nuevo llamado a la moderarse. "Los resultados que tenemos hasta el momento son una clarinada de alerta. Son un mandato imperativo para ponernos de acuerdo sobre el rumbo que tiene que tomar el Perú".

Los desafíos del día después

"El país está partido en dos pedazos". El analista económico Caros Parodi dijo algo que todos saben pero que nadie se atreve a imaginar cómo remediarlo a corto ni a mediano plazo. Hay otra certeza que se ha convertido en lugar común: si ganara Pedro Castillo, cohabitaría con un Congreso hostil y bajo la amenaza permanente de una moción de censura liderada por el fujimorismo. Solo tendría como salida el mismo camino tomado por Alberto Fujimori en 1992, frente a circunstancias similares: cerrar el Parlamento y convocar a una Asamblea Constituyente. No existen sin embargo condiciones políticas para que tome esa dirección. Por lo tanto, si triunfara, conviviría con una permanente espada de Damocles sobre su cabeza.

De ser presidenta Keiko Fujimori, no solo será fiscalizada milimétricamente por los medios y aquellos que la respaldaron tapándose la nariz para respirar el aire del "mal menor": la calle le tendrá muy poca paciencia. A pesar de la tensa espera, hay temores que no se disiparán con el resultado final. Como señaló la comentarista política María Palacios, "gane Keiko o Castillo vienen tiempos difíciles para la economía". No es ese el único desafío enorme. Perú ha sentido con fuerza la crisis económica provocada por la pandemia. La pobreza azota a más del 30% de la población de un país con mayor tasa de mortalidad por covid-19 cada 100.000 habitantes en el mundo.