Lo primero que ha querido dejar claro el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nada más tras aterrizar en Bruselas, en contraste con su predecesor Donald Trump, es que Estados Unidos está de vuelta en la escena internacional, que la Alianza Atlántica tiene una "importancia crítica" para los intereses estadounidenses y que el artículo 5 del Tratado, la piedra angular de la OTAN que estipula que un ataque contra uno de los aliados es un ataque contra todos, es una "obligación sagrada" para la Casa Blanca. "Quiero que toda Europa sepa que Estados Unidos está de regreso", ha proclamado.

El líder estadounidense también se ha referido en su estreno a dos de los puntos más calientes para la Alianza Atlántica: Rusia y China. "Rusia no está actuando de manera coherente con lo que esperábamos, ni China", ha dicho el dirigente estadounidense sobre dos de los desafíos a los que se enfrentan los países aliados. Rusia sigue siendo una fuente de máxima preocupación para los líderes de la Alianza Atlántica, y sus relaciones están en el momento más bajo desde el final de la Guerra Fría, pero este lunes pondrán el foco en una nueva amenaza creciente: China.

"Necesitamos comprometernos sobre cuestiones como el cambio climático o el control de armas, pero el refuerzo de la capacidad militar de China, su creciente influencia y su comportamiento represivo plantean algunos desafíos a nuestra agenda", ha advertido el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, a su llegada a una cita que supone el estreno del estadounidense Joe Biden y la ocasión de confirmar el compromiso de Estados Unidos con la OTAN y sus aliados tras una era Trump marcada por profundos desencuentros que todos esperan dejar atrás.

El presidente estadounidense, Joe Biden. EFE

Retos para la seguridad

La OTAN no quiere entrar en "una guerra fría" con China porque ni es "nuestro adversario" ni "nuestro enemigo" pero "necesitamos abordar como aliados los retos que supone China para nuestra seguridad", ha admitido Stoltenberg sobre una potencia que genera enormes recelos entre el bando aliado, empezando por Estados Unidos, debido a las masivas inversiones de Pekín en los últimos años en capacidades militares, incluidas las nucleares y nuevos sistemas de armamento.

"Vemos (que tiene) un comportamiento represivo, por ejemplo, en el mar del sur de China y sabemos que no comparte nuestros valores. Hemos visto como reprimen a los votantes democráticos en Hong Kong, persiguen a las minorías en su propio país y utilizan tecnologías modernas, medios sociales y reconocimiento facial para controlar y vigilar a su propia población como nunca antes habíamos visto", ha relatado el político noruego advirtiendo que todo esto afecta a la seguridad de los países de la Alianza Atlántica porque ningún país ni ningún continente puede gestionarlo por sí solo.

Nueva agenda 2030

De ahí la importancia de revisar e impulsar una nueva agenda 2030 que refrendarán este lunes los líderes aliados para reforzar la OTAN. "En el concepto estratégico actual no se menciona ni una palabra de China y en la cumbre de Londres, en diciembre de 2019, tuvimos una frase. Esta vez será una postura clara", ha advertido. El borrador del documento que saldrá de la cumbre, de 44 páginas, menciona de hecho hasta en 10 ocasiones el desafío "sistémico" que representa China hoy en día. El documento también hará hincapié en Rusia, cuyas relaciones con la UE atraviesan por uno de los momentos más bajos debido a "sus acciones agresivas", ha criticado Stoltenberg, que ha anunciado que la OTAN mantendrá un doble enfoque hacia Moscú: una defensa fuerte combinada con diálogo. "Mientras estemos unidos y seamos fuertes podemos hablar con Rusia", ha reivindicado.

Precisamente, la próxima parada de Biden este miércoles será Ginebra donde se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, a quien dirigentes como el británico Boris Johnson esperan transmita mensajes contundentes. Precisamente Johnson se ha reunido este lunes con su homólogo español, Pedro Sánchez, en los márgenes de la cumbre. En la reunión el presidente del Gobierno ha trasladado la "necesidad de seguir reforzando las relaciones bilaterales en áreas como la seguridad y defensa" e impulsar un acuerdo sobre Gibraltar. La cita de este lunes, según avanzando el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, también servirá para confirmar que España será la sede de la cumbre del próximo año y que su país acogerá la siguiente reunión. "Estoy muy contento de anunciar que Lituania está preparada para la infraestructura necesaria y acoger la próxima cumbre de la OTAN tras la cumbre que tendrá lugar en España en 2022", ha anunciado.