No decretaré la vacunación obligatoria”, prometió Emmanuel Macron en noviembre de 2020, pero, como dice el refrán, “donde dije digo, digo Diego”, y ante la amenaza de una cuarta ola de contagios de covid-19, el presidente francés anunció este lunes que la inmunización será imperativa para la totalidad del personal, médico o no, de centros hospitalarios y residencias de ancianos. 

Además, el uso del 'pase sanitario', hasta ahora necesario para acceder a las discotecas y participar en eventos de más de 1.000 personas, se extenderá a los espacios de ocio y cultura a partir del próximo 21 de julio y, a principios de agosto, a restaurantes, bares, centros comerciales, hospitales, aviones y trenes. En cuanto a las fronteras, Francia reforzará los controles entre los viajeros procedentes de zonas de riesgo.

A nueve meses de las próximas elecciones presidenciales, el mandatario galo se dirigió la tarde de este lunes a sus conciudadanos a través de una alocución televisada. Si el objetivo original de este ejercicio era definir el rumbo de la recta final de su mandato, la crisis sanitaria trastocó, una vez más, la agenda del presidente, y su alocución se convirtió en una retahíla de recomendaciones y medidas contra la covid-19. 

La situación en Francia está controlada por el momento, pero si no se actúa ahora, el número de casos seguirá aumentando considerablemente y provocará inevitablemente un aumento del número de ingresos hospitalarios a partir de agosto”, advirtió el jefe de Estado antes de revelar las nuevas restricciones que marcarán el día a día de los franceses. 

Con la ampliación del uso del “pase sanitario” -que puede incluir un certificado de vacunación, un resultado negativo en las pruebas de detención del coronavirus o una prueba de inmunización por haber contraído el virus-, Francia no sólo trata de frenar la propagación de la variante Delta, especialmente contagiosa y responsable del 50% de los nuevos casos en el país, sino también de alentar a los franceses a vacunarse lo antes posible

En el marco de esta misma estrategia, a partir del próximo otoño los test PCR pasarán a ser de pago, salvo si existe una prescripción médica. “El objetivo es fomentar la vacunación en lugar de la multiplicación de test”, insistió Macron.

Vacunación obligatoria

“[…] La vacunación será obligatoria sin demora para el personal, médico o no, de hospitales, clínicas, residencias de ancianos, establecimientos para personas con discapacidad, y para todos los profesionales o voluntarios que trabajen en contacto con ancianos o personas frágiles, incluso a domicilio”, concretó el mandatario galo durante su alocución. Las personas afectadas tendrán hasta el próximo 15 de septiembre para vacunares, a partir de entonces, se llevarán a cabo controles y se impondrán sanciones a quienes no respeten la norma.

Para poner en marcha su plan contra la nueva aceleración de la epidemia, el presidente francés convocará, la próxima semana, al Parlamento para examinar un proyecto de ley con las medidas anunciadas.