Estados Unidos ha devuelto al Gobierno iraquí unas 17.000 piezas arqueológicas de la antigua Mesopotamia, que datan del 4500 a.C. y que fueron saqueadas en las últimas décadas, una entrega que las autoridades del país han calificado como "un gran acontecimiento".

En un comunicado, el ministro de Cultura, Turismo y Antigüedades, Hasan Nazem, dijo que Irak "tuvo éxito en recuperar de Estados Unidos la mayor cifra de piezas saqueadas" de los últimos años, que asciende a 17.000, la mayoría de las cuales son tabletas de arcilla que datan del 4500 a.C.

"Se realizaron grandes esfuerzos entre el Ministerio de Cultura, Turismo y Antigüedades y el Ministerio de Exteriores, además de los esfuerzos de nuestra embajada en Washington durante largos meses", apuntó en el comunicado.

Asimismo, dijo que esta gran cantidad de reliquias volverán a Irak a bordo del mismo avión en el que viajará el primer ministro, Mustafa al Kazemi, que en los últimos días ha viajado a Washington para reunirse con el presidente, Joe Biden, y acordar el fin de la misión de combate norteamericana en el país árabe.

Según la nota, estas piezas han sido recuperadas de diferentes lugares, entre ellos la Universidad de Cornell de Nueva York.

La mayoría de las antigüedades, de acuerdo con el comunicado, tienen escrituras cuneiformes que documentan los intercambios comerciales durante la antigua civilización sumeria (4500 - 1900 a.C.), considerada la primera del mundo. La nota no aportó más detalles sobre cuándo fueron saqueadas estas piezas de Irak ni si se encuentra alguna reliquia destacada.

Sin embargo, el Departamento de Justicia estadounidense dijo que un tribunal de Nueva York ordenó la confiscación de una "rara tablilla cuneiforme" que contiene parte de la epopeya de Gilgamesh, un poema sumerio que es considerado "una de las obras literarias más antiguas del mundo", y que se encontraba en el Museo de la Biblia.

Irak sufrió uno de los peores saqueos de antigüedades de la historia reciente tras la ocupación de Estados Unidos en 2003 para derrocar al exdictador Saddam Hussein.

Aprovechando la guerra, ladrones y traficantes asaltaron museos y lugares arqueológicos, especialmente el Museo Nacional Iraquí, y robaron los registros que contenían la descripción completa, así como el número y el tipo del contenido de los sitios.

Se estima que alrededor de 15.000 piezas de antigüedades fueron saqueadas solamente del Museo Nacional de Iraquí, en Bagdad, además de otras miles que fueron robadas en otros puntos del país, una cifra que las autoridades iraquíes dicen que es imposible de contabilizar con exactitud. En los últimos años, Irak ha logrado recuperar miles de estas piezas en cooperación con los gobiernos de los países adonde fueron trasladadas las reliquias.