El secretario de Estado, Antony Blinken, anunció este lunes que Washington trasladará a Catar su misión diplomática en Afganistán, tras la culminación del repliegue militar estadounidense del país centroasiático. En un discurso desde la sede del Departamento de Estado, Blinken esbozó los principales puntos de la política exterior de su país a partir de ahora respecto a Afganistán, donde los talibanes han recuperado el poder.

El titular de Exteriores indicó que se creará un nuevo equipo diplomático para instalar la misión en Doha, que estará capitaneado por el que ha sido hasta ahora el encargado de negocios de la embajada en Kabul, Ross Wilson. Desde la capital catarí se ofrecerán servicios consulares, además de gestionarse la ayuda humanitaria para Afganistán y se trabajará con los aliados y socios para "coordinar" el trato con los talibanes. "Un nuevo episodio de la relación de EEUU con Afganistán ha comenzado. La misión militar ha acabado. Una nueva misión diplomática ha empezado", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.

Explicó que en esta nueva era de la política exterior estadounidense hacia el país centroasiático, Washington se centrará primero en continuar con sus "esfuerzos incansables" para ayudar a los estadounidenses, nacionales extranjeros y afganos, que quieran irse de Afganistán. Blinken recordó que quedan menos de 200 ciudadanos estadounidenses allí.

Otra de las prioridades de EEUU es que los talibanes cumplan con su compromiso de permitir a la gente que quiera viajar fuera del país: "Se han comprometido con dejar a todo aquel que tenga los documentos adecuados salir del país de una manera segura y ordenada".

Blinken se reunió este lunes virtualmente con los ministros de Exteriores de EEUU, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido, Turquía y Catar, además de la Unión Europea (UE) y la OTAN. En esa cita, hablaron sobre cómo trabajar juntos "para facilitar los viajes seguros fuera de Afganistán", incluida la reapertura del aeropuerto de Kabul "tan pronto como sea posible". "Esto permitiría un pequeño número de vuelos chárter diarios, que es clave para cualquiera que desee abandonar Afganistán", consideró.

Los talibanes también se han comprometido a evitar que grupos terroristas que podrían amenazar a Estados Unidos usen Afganistán como base de operaciones, pero Blinken admitió que EEUU seguirá "vigilante" ante un posible incumplimiento.

Sobre las relaciones con un futuro Gobierno de los talibanes, el secretario de Estado dijo que cualquier tipo de lazos siempre estarán guiados por "los intereses nacionales vitales" de EEUU. "Si podemos trabajar con el nuevo Gobierno afgano de manera que ayude a garantizar esos intereses —incluido el regreso seguro de Mark Frerichs, un ciudadano de EEUU que ha sido retenido como rehén en la región desde comienzos del año pasado— y de manera que traiga una mayor estabilidad (...) entonces lo haremos", aseguró. Aun así, advirtió que cada paso que EEUU dé en ese sentido no se basará en "lo que diga el Gobierno talibán, sino en lo que haga para cumplir sus compromisos". Puntualizó que los talibanes deberán ganarse cualquier legitimidad y el apoyo internacional mediante el cumplimiento de sus obligaciones y compromisos.

Este lunes, Estados Unidos puso punto final a la guerra más larga de su historia con la retirada de sus últimos soldados de Afganistán, casi 20 años después de su despliegue en el país.