Al menos quince personas migrantes murieron hoy al naufragar un bote neumático frente a las costas del oeste de Libia tras navegar varias horas a la deriva sin que, al parecer, hayan recibido ayuda a tiempo, informó la Agencia de NacionesUnidas para los Refugiados (ACNUR). Según su personal en Trípoli, 177 personas más, que navegaban igualmente en esa y en otra embarcación, pudieron ser rescatadas y retornadas a puerto pese a que las organizaciones humanitarias y agencias de la propia ONU consideran que Libia "no es un lugar seguro". Los migrantes, en su mayoría procedentes de países del África Subsahariana, recibieron los primeros auxilios en la base Naval Libia a la que fueron trasladados por miembros de ACNUR y de la organización Rescue.org, explicó la fuente antes de precisar que algunos de ellos están "en estado grave".

Las embarcaciones habían salido la noche antes de playas en la ciudad de al Khoms, en el oeste de Trípoli, y de Zuwara, uno de los principales núcleos de actividad de las mafias transnacionales que se lucran con el tráfico de seres humanos en el Sahel y el norte de África.

Desde primeras horas de esta mañana, la organización humanitaria 'Alarmphone', que vigila los flujos migratorios en el Mediterráneo, había alertado de la existencia de un bote neumático que había salido de Zuwara con más de un centenar de migrantes y que se encontraba a punto de naufragar debido a fugas de agua en la embarcación. Y se preguntaba porqué desde que se dio la señal de alerta no se habían presentado en la zona ni los barcos humanitarios de rescate ni las patrulleras de la controvertida Guardia Costera Libia, y advertía que en la embarcación viajaban mujeres y menores cuya vida estaba en riesgo.

Migrantes tiroteados

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi. En la actualidad el país sigue dividido en dos frentes políticos, pese a los esfuerzos de mediación de la ONU, y es presa de las milicias, los mercenarios y las distintas mafias, que han establecido un sistema de economía corsaria conectado con otros estados de la región.

El viernes, al menos seis personas migrantes murieron tiroteadas por milicianos libios cuanto trataban de huir de un centro de detención de Trípoli en el que permanecían hacinados, informó la Agencia de Naciones UNidas para los refugiados (ACNUR). Según la oficina en el país norteafricano, los migrantes habían logrado doblegar una de las vallas que rodean el centro de detención de Ghot Shaal y huir hacia las calles aledañas, donde se produjo el tiroteo.

Testigos relataron a EFE, por su parte, que cerca de 300 hombres armados pertenecientes a una de las milicias que controlan la zona de Janzour , lindante con la capital, lograron detener a varios de los huidos, que han sido trasladados a otros lugares de internamiento.

La fuga se produjo escasos días después de que milicias en el oeste de Libia hicieran una redada en el barrio de Garagaresh, uno de los más desfavorecidos de la capital, y detuvieran a cerca de 5.000 personas migrantes y solicitantes de asilo, entre ellas numerosas mujeres y menores.

Cerca de 500 muertos en 2021

En el comunicado, ACNUR expresó su "creciente preocupación por la situación humanitaria de los solicitantes de asilo y refugiados en Libia", en especial de aquellos que han sido "recluidos en varios centros de detención en condiciones de hacinamiento e insalubridad. Entre ellos hay varios a los que se les dio prioridad para vuelos de evacuación o reasentamiento fuera de Libia". "Las redadas, que incluyeron también la demolición de muchos edificios sin terminar y casas improvisadas, han creado pánico y miedo generalizados entre los solicitantes de asilo y refugiados en la capital. Muchos, incluidos los niños no acompañados y las madres jóvenes, han perdido sus refugios y ahora no tienen hogar", agregó.

Según cifras difundidas hoy por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), al menos 26.000 personas- 950 de ellas menores- han sido interceptadas en la ruta migratoria del Mediterráneo Central, una de las más mortíferas del mundo, cuando trataban de viajar de forma irregular a Europa en embarcaciones precarias fletadas por mafias que se lucran en Túnez y el oeste de Libia. Durante este mismo periodo, al menos 474 personas han fallecido y otras 689 se encuentran desaparecidas, agregó.