El Gobierno socialista se juega su futuro con la aprobación de los Presupuestos. La negativa del Bloco de Esquerda (BE) a apoyarlos, anunciada este domingo, ha puesto contra las cuerdas al Ejecutivo de António Costa, que se verá obligado a convocar elecciones anticipadas en caso de que no consiga la abstención del Partido Comunista Portugués (PCP), su otro antiguo socio parlamentario en la anterior legislatura. Los comunistas han mostrado su disposición a negociar hasta este miércoles, día de la votación, y salvar así las cuentas, como ya ocurrió el año pasado. Pero nada está decidido.

Los socialistas han intentado convencer al BE con el anuncio de nuevas medidas en materia de sanidad, salarios y pensiones. Entre ellas la creación de un nuevo Estatuto del Servicio Nacional de Salud (SNS), que trata de garantizar la exclusividad de los trabajadores en el sector público, o el aumento de 40 euros del salario mínimo para el próximo año, hasta los 705 euros. El Ejecutivo también ha anunciado una subida de 10 euros de las pensiones más bajas, algo insuficiente para los bloquistas. “Si el Gobierno insiste en poner trabas donde podría haber avances, el BE responderá por el pueblo y por el SNS y votará en contra de los Presupuestos”, ha asegurado este domingo la líder bloquista, Catarina Martins. 

El Gobierno convocó una rueda de prensa poco después de las palabras de Martins, en la que la ministra de Salud, Marta Temido, y la ministra de Trabajo, Ana Mendes Godinho, reprocharon al BE su “intransigencia”. “Los Presupuestos refuerzan el Servicio Nacional de Salud, no solo en las condiciones de trabajo, sino también en la respuesta a los usuarios”, ha explicado la ministra de Salud, quien ha recordado que los hospitales tendrán más autonomía para contratar a profesionales sanitarios. Godinho, por su parte, ha pedido “compromisos, y no imposiciones” y ha destacado el avance en materias de trabajo y pensiones.

Abstención comunista

La subida de las pensiones ya fue uno de los elementos que permitieron la aprobación de los Presupuestos en 2020 con la abstención de los comunistas, que no se han mostrado tan reacios como el BE. Para tratar de convencer a sus antiguos socios, el Gobierno ha anunciado la gratuidad de las guarderías, una de las grandes reclamaciones de los comunistas. En caso de que el PCP acepte finalmente las propuestas, las cuentas podrían salir adelante con 108 votos a favor y 105 en contra, ya que los tres diputados del partido ecologista Personas, Animales, Naturaleza (PAN), a los que el Gobierno también ha hecho concesiones en las últimas semanas, han anunciado su abstención este lunes.

Los comunistas están a la espera del avance de las negociaciones y no han querido hacer valoraciones por ahora, aunque se han mostrado menos favorables a las cuentas que en 2020, cuando la situación epidemiológica hacía menos posible una crisis política. Sin embargo, una convocatoria electoral anticipada tampoco beneficiaría al partido, que perdió importantes bastiones en las elecciones municipales de finales de septiembre.  

Crisis involuntaria

La convocatoria de elecciones anticipadas es un escenario poco favorable para prácticamente todos los partidos. El primero en mostrarse en contra ha sido el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, quien ha apelado siempre a los acuerdos en un momento que considera decisivo para el país, con la entrada del primer tramo de los fondos de recuperación europeos. “Es deseable y esperable que los Presupuestos sean aprobados, nos ahorraría muchos costes, problemas y algunas preocupaciones”, ha asegurado Rebelo de Sousa este fin de semana. El presidente, encargado de convocar los comicios, ha descartado la posibilidad de alargar la legislatura en caso de que no salgan las cuentas, algo a lo que sí se ha mostrado abierto el primer ministro Costa.

Los socialistas quieren evitar a toda costa un adelanto electoral tras los malos resultados en las elecciones municipales, en las que perdieron 12 alcaldías de las 161 conquistadas en 2017, entre ellas Lisboa. La pérdida de la capital supuso un duro golpe para el partido y dio alas al conservador Partido Social Demócrata, a pesar de que su líder, Rui Rio, cuenta con una importante oposición interna y se jugará el liderato del partido en un congreso convocado para principios de diciembre. El eurodiputado Paulo Rangel será su principal rival, en representación del ala más dura de la formación, y tratará de aprovechar una hipotética convocatoria de elecciones para debilitar a Rio, un escenario que podría perjudicar al partido en una convocatoria electoral anticipada.