Las conversaciones sobre seguridad europea entre Rusia y Occidente no van a prolongarse por el momento ante la imposibilidad de hallar una entente común. Altos representantes, tanto del Kremlin como de Occidente, ya han anunciado que carece de sentido seguir viéndose las caras a corto plazo dada la negativa de la OTAN, por un lado, a entrar a debatir las garantías de seguridad que exige Moscú, y el rechazo de la parte rusa a retirar las tropas desplegadas junto a la frontera ucraniana. El Kremlin ya ha dicho que respondería "técnica y militarmente" si la contraparte europea y estadounidense no mostraban flexibilidad alguna ante sus demandas, aunque no ha dado detalles al respecto.

Tras el encuentro bilateral del lunes en Ginebra entre los números dos de Exteriores de EEUU y Rusia, la reunión del Consejo OTAN-Rusia el miércoles en Bruselas, ambas sin resultados, este jueves las discusiones se han trasladado al Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), con sede en Viena, donde ambos bandos han protagonizado un nuevo y visible desencuentro. El embajador ruso ante el organismo, Aleksándr Lukashevich, ha expresado en una rueda de prensa la "decepción" de su país ante la respuesta negativa a las demandas de prohibir por escrito el ingreso de Ucrania Georgia en la Alianza Atlántica y de contar con derecho de veto sobre despliegues militares en los países de la OTAN que formaron en su día el Pacto de Varsovia, la difunta alianza militar capitaneada por la disuelta URSS. "Quiero decir que una reacción adecuada a nuestras proposiciones no la hemos escuchado", ha informado, en declaraciones recogidas por Ria Nóvosti.

Sobre Ucrania

De acuerdo con la versión del diplomático ruso, las conversaciones en la capital austriaca versaron sobre todo "en torno a sus inquietudes, es decir, el comportamiento agresivo de Rusia sobre todo en el contexto de los hechos ucranianos", ha continuado. Lukashevich ha insistido en la demanda original rusa de que estas garantías no deben adoptar la forma de palabras, sino que deben estar "consagradas de forma obligatoria", es decir, en forma de tratado.

Por su parte, el representante estadounidense ante la OSCE, Michael Carpenter, ha asegurado en su comparecencia ante la prensa que su país no estaba dispuesto a debatir con Rusia dividir el continente en "esferas de influencia" o restringir el derecho de las naciones a integrar las alianzas militares que considere conveniente. "Estamos dispuestos a un diálogo serio sobre la seguridad en Europa" pero no a hacer compromisos sobre "principios", ha enfatizado antes de añadir: "debemos rechazar con fuerza el chantaje y no permitir que se premien las agresiones y las amenazas".

Con estos mimbres, tanto representantes occidentales como rusos han descartado que la ronda negociadora tenga continuidad en un futuro próximo. El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, no ha descartado que Rusia, en respuesta a lo sucedido, despliegue infraestructura militar rusa en países aliados cercanos a EEUU como "Venezuela o Cuba". El estadounidense Carpenter ya hablaba este jueves de la necesidad de prepararse para una "escalada" de las tensiones.