Ucrania podría ser invadida total o parcialmente por Rusia en las próximas semanas. Moscú ha desplegado decenas de miles de soldados en su frontera. 

Pero ese despliegue puede ser también una bravuconada geopolítica de Vladimir Putin para forzar a Occidente a sentarse de nuevo a negociar sobre la zona más caliente del continente Europeo. Diplomacia coercitiva. 

Latente está el temor de Moscú a que Ucrania se una a la OTAN. Y a a perder definitivamente la influencia sobre un país que tiene el alma dividida en dos: prorrusos y proccidentales, este y oeste. 

Putin también querría mostrar lo que le puede pasar al ejército ucraniano si se atreve a lanzar una ofensiva sobre las zonas independentistas del este del país. 

El Periódico de España ha consultado a tres expertos para saber qué está pasando y qué puede ocurrir en Ucrania. La zona es un auténtico enjambre geopolítico.

¿Habrá invasión?

Un factor importante a tener en cuenta es que Ucrania no es parte de la OTAN. Por eso Estados Unidos ha venido a decir que no entrará en una guerra para defenderla de una posible agresión rusa. Lo dijo el miércoles Joe Biden, aunque posteriormente la Casa Blanca matizó sus palabras en un comunicado. 

Esta puede ser una de las claves más importantes. El apoyo popular a una adhesión al tratado defensivo de Occidente está creciendo vertiginosamente, lo mismo que la europeización de buena parte de su población. Putin está perdiendo el paso en buena parte del país. Quizá el momento para evitar perderlo es ahora, cuando Ucrania no tiene quien la defienda. Su ejército no aguantaría un asalto contra el ruso, uno de los mayores y más poderosos del mundo. 

Pero Moscú también puede pretender únicamente enseñar músculo para forzar a Estados Unidos y Europa a negociar. ¿Qué? El cumplimiento de los acuerdos de Minsk 1 y Minsk 2 (firmados en Bielorrusia), que prometían proveer de autogobierno a las autoproclamadas República Popular de Lugansk y República Popular de Donesk, zonas prorrusas dentro de Ucrania escenario de duros combates en su latente guerra civil.

¿Por qué es importante?

Frontera entre la Europa democrática y la Rusia autoritaria y zona 'buffer' rusa ante la OTAN, Ucrania no es un país cualquiera. Es cuna y mito fundacional de la civilización rusa (la Rus de Kiev medieval). Se trata también de una obsesión de Vladimir Putin desde hace más de dos décadas, las que lleva en el poder. Y de muchos de sus compatriotas, que vieron implosionar el imperio soviético en 1991 y a Ucrania independizarse junto al resto de repúblicas de la URSS.

Esto supuso un golpe al orgullo nacional y dio paso a un país dividido, de forma muy simplificada, en dos: los que hablan ruso, en el este, en la zona obrera, industrial y minera; y los que hablan ucraniano en el oeste, donde está la capital, Kiev, muchas veces ajena al sufrimiento del resto del país (carestía, inflación, incluso abandono) y más europeizante.

¿Qué ha pasado?

Desde principios de este siglo, Ucrania ha sufrido turbulencias constantes, protestas, cambios de gobierno, la pérdida de Crimea en favor de Rusia, y una suerte de guerra azuzada por el Kremlin o, según el Kremlin, por Europa y la CIA. 

En 2004, la revolución naranja contra el amaño electoral del prorruso Víktor Yanukóvich; en 2013, el 'Euromaidán', con decenas de muertos y la anexión de Crimea; en 2014, la guerra del Dombás entre separatistas prorrusos apoyados por Moscú, y el ejército ucraniano, y la “declaración de independencia” de Donetsk y Lugansk… El siguiente capítulo de esta historia de enfrentamientos internos e intervenciones extranjeras está a punto de escribirse.