"Hoy comienza a escribirse un nuevo camino en nuestra historia democrática", ha dicho el presidente electo chileno, Gabriel Borictras presentar a país el equipo de Gobierno que asumirá sus funciones el 11 de marzo. Catorce ministras y 10 ministros, con una edad promedio de 49 años. "No empezamos desde cero, sabemos que hay una historia que nos eleva y nos inspira", ha señalado, para dar una señal de que la izquierda se aleja de cualquier horizonte de ruptura.

Además de los partidos que sostuvieron desde el principio a Boric, entre ellos el comunista, se suman a este proyecto fuerzas que fueron parte de la Concertación Democrática, en particular el partido Socialista, que manejará tres carteras. Más allá del tono moderado del mensaje, Boric, quien llegará al Palacio de la Moneda con 36 años, ha remarcado que sus colaboradores tienen un mandato claro: "impulsar cambios y transformaciones que hagan posible que en nuestro país la justicia y la dignidad sean el pan de cada día". Su Gobierno debe "consolidar la recuperación de nuestra economía sin reproducir sus desigualdades estructurales" y "poner los cimientos de las grandes reformas que nos hemos propuesto".

Capital político

A nadie le ha llamado la atención el papel relevante que tendrá Izkia Siches, la expresidenta del Colegio Médico. Ella fue una de las artífices de la victoria de Boric frente al ultraderechista José Antonio Kast. En virtud de ese capital político acumulado, se convertirá en la primera mujer en la historia chilena en estar al frente del Ministerio del Interior. Por su parte, Giorgio Jackson, se desempeñará como titular de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), mientras que la comunista Camila Vallejo será la portavoz el Gobierno. Jackson y Vallejo fueron, junto con Boric, los líderes de la protesta estudiantil durante la primera administración de Sebastián Piñera (2011-14). Una década más tarde, recibirán del propio Piñera las llaves de la Moneda.

Señales claras

De esta manera, el hombre que llegará al Palacio de la Moneda a los 36 años ha colocado a su círculo más íntimo en la primera línea de un Gobierno que contará con 24 ministros y que ubicará al expresidente del Banco Central, Mario Marcel, en Hacienda. Un claro gesto hacia los poderosos empresarios chilenos. Boric ha definido a su Gobierno de "puertas abiertas" y que siempre estará "del lado de la gente". Ha advertido, no obstante, que "van a venir momentos difíciles, de arduo trabajo, y serán esos momentos en los que tenemos que trabajar en equipo".

Al hablarle al país, Boric ha recordado la dimensión de los desafíos que esperan a la coalición gobernante, entre ellos el ambiental. "La gente nos reclama un futuro mejor, la naturaleza por su parte nos exige actuar hoy para que ese futuro sea posible". La izquierda, con nuevos aliados más inclinados hacia el centro, llega al poder como consecuencia del estallido social de noviembre de 2019.

Fruto de esa protesta es también la Asamblea Constituyente que debe dejar atrás la Carta Magna redactada durante la última dictadura, en 1980, y que está liderada por dirigentes que, de hecho, se ubican a la izquierda de Boric. El mandatario ha pedido "cuidar nuestro proceso constituyente, otorgándole todas las facilidades posible al trabajo que está haciendo". A la vez, ha garantizado a su presidenta, María Elisa Quinteros, la voluntad de resguardar la autonomía de la convención. El texto final deberá ser aprobado a través de una consulta popular. Un eventual rechazo significaría un duro golpe político para el Gobierno entrante.