Pese a que el acuerdo de paz aún está lejos, las delegaciones ucraniana y rusa reunidas este martes en Estambul, Turquía, empiezan a mostrar señales de un acercamiento tímido de momento, pero significativo. Los dos equipos negociadores han estado cerca de cinco horas reunidos.

Ambos, al salir de la reunión, han hablado con la prensa de sus demandas, que se acercan cada vez más. Los ucranianos han ido un poco más allá. "Estamos dispuestos a renunciar a acceder a la OTAN si logramos establecer una mesa con ocho países extranjeros que nos garanticen nuestra seguridad. Estos países podrían ser Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Canadá, Polonia, Israel y Turquía, y pediríamos que prometiesen un acuerdo que sea equivalente al artículo cinco de la OTAN", ha dicho el jefe negociador ucraniano, Mijailo Podolyak.

Podolyak se refería a la clausula del tratado del atlántico norte que estipula que si un país miembro es atacado, los otros deben responder. "Tras las reuniones de hoy, que son constructivas y van en la buena dirección, hemos decidido reducir las acciones militares en la dirección de Kiev y Chernihiv", ha dicho el jefe negociador ruso, el viceministro de Defensa, Aleksander Fomin.

Así, la parte ucraniana ha presentado una propuesta de acuerdo que, esperan, sea valorada por Rusia y los demás países mencionados, para continuar con las negociaciones este miércoles.

"Proponemos establecer un periodo de 15 años en los que poder discutir el estatus de Crimea y las regiones de Donetsk y Lugansk. Durante este periodo nos comprometemos a no realizar ninguna actividad militar en contra de estos lugares, y aceptamos que estén bajo ocupación rusa mientras dure este proceso", ha dicho Podolyak.

La situación de los civiles atrapados en las ciudades más castigadas por Rusia como Mariúpol o Járkov es desesperada

La situación de los civiles atrapados en las ciudades más castigadas por Rusia como Mariúpol o Járkov es desesperada Agencia ATLAS / Foto: EFE

Abramovich, recuperado

El oligarca ruso Roman Abramovich -que ha intentado situarse como un negociador entre Moscú y Kiev- también estaba presente, según una foto difundida por la presidencia turca.

Tras una reunión en la capital ucraniana en marzo, el multimillonario, que desde la semana pasada tiene dos yates atracados en las costas turcas, mostró indicios de que podría haber sido envenenado. Otra foto de la agencia rusa Ria Novosti muestra a Abramovich junto a Erdogan y al canciller turco.

Turquía acogió el 10 de marzo en Antalya, en el sur del país, una reunión entre los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania. Sin embargo, ese encuentro no condujo ni a un alto el fuego ni a ningún avance significativo.

Tras la reunión celebrada en la capital ucraniana el 3 y 4 de marzo, el multimillonario, que desde la semana pasada tiene dos yates atracados en las costas turcas, perdió la visión durante varias horas y sufrió sarpullidos en la piel y tuvo que ser tratado en secreto en Estambul. En ese encuentro, Abramóvich se reunió con parte de la delegación ucraniana, cuyos miembros sufrieron los mismos efectos. Desde entonces, los encuentros entre los negociadores rusos y ucranianos han sido online. El de este martes ha sido el primer encuentro cara a cara desde que Abramóvich y dos negociadores ucranianos sufrieran estos trastornos, producidos por un supuesto envenenamiento.

Aunque, el 10 de marzo, hubo otro: fue en la ciudad de Antalya, en el sur de Turquía. A la cita acudieron los ministros de Exteriores ruso y ucraninano, Sergei Lavrov y Dmitro Kuleba. Entonces, el ucraniano se quejó de la poca utilidad del encuentro y el nulo avance. Esta vez parece distinto.

"El progreso más significativo desde el inicio de las negociaciones ha ocurrido este martes. En algunos puntos se ha llegado a un consenso y un entendimiento común. En el siguiente nivel prevemos que serán los ministros de Asuntos Exteriores serán los que tendrán que ponerse de acuerdo en los asuntos más difíciles", ha dicho tras el encuentro Mevlüt Çavusoglu, ministro de Exteriores turco.

País afectado

Como vecino de ambos países, Turquía es uno de los Estados de la zona más interesado en que la invasión rusa sobre Ucrania termine cuanto antes. No solo porque durante los últimos días ha llegado a las costas turcas varias minas marinas a la deriva procedentes de la costa norte del Mar Negrol, sino también porque Ankara está económicamente y comercialmente atada a Kiev y Moscú.

La mayoría de los turistas que llegan a Turquía —sobre todo en verano— son rusos y ucranianos, como también lo es el trigo que compra el país anatolio. Con una crisis económica galopante, Turquía no puede permitirse dejar de comprar el gas y petróleo ruso. Ankara teme también que Rusia reactive el conflicto sirio, donde Moscú y Ankara apoyan facciones enfrentadas. De recrudecerse la guerra siria, Turquía podría ver como millones de nuevos refugiados sirios intentan traspasar su frontera. Erdogan, en horas bajas de popularidad, no puede ni quiere permitírselo.

"Si todos queman sus puentes con Rusia, ¿entonces quién hablará con ellos después? Los ucranianos necesitan tanto apoyo como sea posible para que puedan defenderse ellos mismos... pero se debe escuchar a la parte rusa, de una forma u otra", dijo hace un par de días Ibrahim Kalin, el portavoz de Erdogan.