Al menos dos personas han muerto en un ataque ruso sobre una escuela usada como refugio en la región de Lugansk, en el este de Ucrania, pero decenas permanecen desaparecidas, lo que hace pensar a las autoridades del país en que el número de fallecidos sea muy elevado.

El gobernador regional de Lugansk, Serhiy Gaidai, informó a través de Telegram de ese ataque en la escuela de Belogorovka que servía de refugio: "Probablemente las 60 personas que están sepultadas han muerto".

Hasta 90 personas estaban refugiadas en ese centro escolar, que se derrumbó a consecuencia del ataque, mientras que 30 lograron ser rescatadas. La escuela ocupa una superficie de 300 metros cuadrados, junto a la Casa de la Cultura, y estaba siendo utilizada como refugio por los ciudadanos.

Belogorovka se encuentra en una de las zonas de la región separatista de Lugansk duramente combatidas entre las tropas ucranianas y las rusas.

Mientras tanto, los soldados ucranianos de la acería de Azovstal, en la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, siguen resistiendo pese a los ataques rusos, tras lograrse este sábado, la evacuación de las mujeres, niños y ancianos que estaban refugiados en ese complejo industrial, según informa el portal Ukrinform.

Las tropas rusas han incrementado en las últimas horas sus ataques sobre la planta de acero pero, según fuentes ucranianas, durante la noche se lograron repeler nueve de esos ataques.

La viceprimer ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, informó este sábado que se había completado la evacuación de los civiles refugiados en Azovstal, al lograrse sacar de ahí a un último grupo de 50 personas.

Desde entonces, se teme que las tropas rusas lancen su asalto final, con el objetivo, según Kiev, de organizar un desfile por Mariúpol coincidiendo con el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, que se conmemora mañana, día 9.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cifró ayer en unos 300 el número de civiles que han logrado ser evacuados durante los últimos días de Azovstal, mientras se sigue trabajando, aseguró, para sacar a los ciudadanos que siguen en Mariúpol, así como a los soldados heridos.

Más combates en el este

Las autoridades ucranianas han informado en las últimas horas de nuevos y duros combates con la artillería rusa en todo el Donbás, donde están las regiones separatistas del este del país, en las que Moscú ha concentrado su operativo.

Las tropas ucranianas siguen defendiendo, según sus propias fuentes, la ciudad de Poposna, en Lugansk, pese a que por parte rusa se había afirmado que había caído bajo su control.

En el sur, los esfuerzos del mando militar ucraniano se concentran en tratar de recuperar el control de la ciudad de Jersón, bajo control ruso.

Las Fuerzas Armadas de Rusia destruyeron en las últimas 24 horas cuatro aviones, cuatro helicópteros, tres drones y una lancha de desembarco ucraniana en las inmediaciones de la isla Zmiinyi (Serpiente) en el mar Negro, según informó este domingo el Ministerio de Defensa ruso. El Ministerio de Defensa ruso dejó entrever que las fuerzas ucranianas intentaron llevar a cabo un desembarco fallido en la pequeña isla en horas de la tarde del sábado y la madrugada del domingo.

Varios medios rusos sugirieron que el ataque ucraniano fue un intento de empañar los festejos del Día de la Victoria sobre la Alemania Nazi, quizás la celebración oficial más importante en Rusia.

El islote, a 143 kilómetros de la ciudad portuaria, fue tomado por la Armada Rusa el 24 de febrero, el mismo día en el que Rusia lanzó su llamada "operación militar especial" en Ucrania.

Transnistria

El Estado Mayor ucraniano alertó de "preparativos para entrar de forma inminente en combate" por parte de grupos armados y tropas rusas en Transnistria, territorio separatista en la vecina Moldavia.

Las fuerzas concentradas en ese territorio se encuentran "en plena preparación" para el combate, según el comunicado del Estado Mayor, difundido por el portal informativo Unian.

La situación en Transnistria comenzó a tornarse tensa a fines de abril, tras una serie de tiroteos y explosiones en edificios e infraestructuras gubernamentales, que según las autoridades, procedían de territorio ucraniano.

Kiev aseguró que se trataba de una operación de "falsa bandera" de Rusia para culpar a Ucrania de los ataques, además de preparativos para lanzar una ofensiva, mientras que Rusia calificó estos incidentes como un intento de arrastrar este territorio al conflicto armado en Ucrania.