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Francia

Alexis Kohler, el "vicepresidente" en la sombra de Macron

Poco conocido para la mayoría de franceses, el secretario general del Elíseo es una pieza clave en el ejercicio del poder del dirigente centrista | La Justicia le investiga por un posible delito de conflicto de intereses en beneficio de la multinacional suiza MSC

El secretario general del Elíseo, Alexis Kohler. EFE

Hablar de un cambio lampedusiano sería exagerado. El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió en la noche de su reelección una "refundación" de su manera de gobernar, pero la continuidad se ha impuesto en los inicios de su segundo mandato. Bastante menos mediático que la designación de la nueva primera ministra Élisabeth Borne o la recomposición del Gobierno, un anuncio confirma la semana pasada esta línea continuista: la permanencia como secretario general del Elíseo de Alexis Kohler, una figura tan poco conocida por millones de franceses como fundamental e influyente en el ejercicio del poder por parte del dirigente centrista. 

"Es el dirigente que tiene una mayor influencia sobre Macron, su mano derecha sin la cual no hace nada. Mucha gente dice que el verdadero presidente de la República se llama Alexis Kohler", asegura Ellen Salvi, responsable de la sección de Política del diario digital Mediapart, en declaraciones a El Periódico de Catalunya, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, . El puesto de secretario general del Elíseo "es uno de los más importantes" de la Quinta República, añade esta periodista. De hecho, tiene un sueldo mensual de unos 15.000 euros, superior al del presidente.

"Este cargo no aparece en la Constitución, sus competencias no están delimitadas y son un poco opacas. Dependen de cada presidencia", explica Romain Bongibault, coautor del libro 'Dans l’ombre des présidents' sobre los distintos dirigentes que ocuparon este puesto clave en el sistema presidencialista francés. Este analista político compara su figura con la "del vicepresidente de Estados Unidos". Pero con la diferencia significativa de que Kamala Harris es conocida mundialmente, mientras que Kohler actúa alejado de los radares mediáticos.

Mano derecha de Macron desde 2014

"En el pasado ya hubo secretarios generales muy poderosos como Jean-Pierre Jouyet (con François Hollande) o Claude Guéant (Nicolas Sarkozy). Pero ninguno de ellos tuvo una influencia tan grande como Kohler", sostiene Salvi. Este dirigente en la sombra no solo acumula numerosos adversarios en las filas macronistas —su cercanía con el presidente genera celos— y entre los grandes empresarios —es su principal interlocutor en el Elíseo—, sino que también es objeto de una investigación judicial por un posible conflicto de intereses por sus vínculos familiares con la empresa de cruceros y comercio marítimo Mediterranean Shipping Company (MSC). La fundadora de esta multinacional suiza es una prima hermana de su madre.

Nacido en 1972 en Estrasburgo, Kohler tiene el típico CV impoluto de buena parte de la alta tecnocracia, como el mismo Macron. Cursó sus estudios universitarios en Sciences Po París, en la escuela de negocios Essec y en la ENA, incubadora de las élites francesas. Este simpatizante en su juventud de las tesis de la 'deuxième gauche' de Michel Rocard —equivalente galo de la Tercera Vía de Tony Blair— empezó su trayectoria profesional en la dirección general del Tesoro, dio el salto a Estados Unidos en el FMI y el Banco Mundial y luego regresó a la administración de su país como subdirector de la Agencia de Participaciones del Estado (APE). 

Con la victoria de Hollande en 2012, este tecnócrata vinculado a los círculos de Dominique Strauss-Kahn —el exministro socialista y expresidente del FMI defenestrado por sus 'affaires' sexuales — se convirtió en el director de gabinete adjunto del ministro de Economía, Pierre Moscovici. Cuando Macron asumió ese cargo en 2014, ambos unieron su trayectoria en un binomio que ya ha durado más de siete años y parece inseparable. "Es mucho más inteligente que yo", aseguraba el presidente francés en un perfil que 'Le Figaro' dedicó en 2017 a su secretario general.

Decisivo en la designación de Borne

Sus tareas pueden ir desde supervisar las declaraciones de ministros en los medios, controlar el avance de las reformas u otras más trascendentales, como la elaboración del programa electoral —su opinión resultó clave en la propuesta de alargar la edad de jubilación hasta los 65 años— o la elección del primer ministro.

"Su influencia resultó decisiva para la designación de Borne como primera ministra", destaca Salvi. Según esta periodista, "ella había sido la candidata de Kohler desde un principio", mientras que Macron sondeó otros nombres y estuvo a punto de decantarse por la conservadora Catherine Vautrin. Pero ante las presiones de Kohler y otros dirigentes del ala izquierda del macronismo, al final el presidente cambió de opinión.

"Si lo hubiera deseado, Kohler podría haber aspirado a un puesto importante en Bercy (Ministerio de Economía). Pero parece preferir actuar desde la sombra. Cuando un dirigente es investigado judicialmente, resulta lógico que prefiera alejarse de la luz de los medios", afirma Salvi. De hecho, está involucrado en un supuesto caso de corrupción, en manos de la Justicia desde 2018. La fiscalía archivó la investigación en el verano de 2019, pocas semanas después de que Macron enviara una carta para defender a su principal colaborador, en un inhabitual caso en Francia de que un presidente interviene en medio de un proceso judicial. Pero se reabrió la investigación el año siguiente tras un recurso de la asociación Anticor, especializada en la lucha contra la corrupción.

Decisión a contracorriente

Según reveló Mediapart, Kohler podría haber cometido un delito de un conflicto de intereses durante su paso por la APE y el Ministerio de Economía. Entre 2008 y 2010, representó al Estado en los consejos de administración de los astilleros de Saint-Nazaire y del puerto de Le Havre. Uno de sus principales clientes era MSC, cuyo presidente y fundador es el tío segundo de Kohler. 

Según un informe de la fiscalía nacional financiera, como vicepresidente de la APE participó en cinco votaciones favorables a MSC en el consejo de Saint-Nazaire y en tres en el puerto de Le Havre. Además, cuando ejercía como director de gabinete en Bercy, recibió numerosos correos electrónicos sobre dosieres que afectaban a la multinacional suiza, que se ha beneficiado de un apoyo financiero muy importante por parte del Estado francés, de más de 3.000 millones de euros. Ante estas informaciones, Kohler responde asegurando que nunca se implicó en los asuntos que afectaban a la empresa de su familia y que informó desde un inicio a sus superiores sobre este posible conflicto de intereses.

Tras abandonar el ministerio de Economía en 2016, trabajó como director financiero de MSC, con un salario de 28.000 euros mensuales, al mismo tiempo que dirigía la campaña presidencial de Macron. Poco después de la elección en mayo de 2017 del dirigente centrista y del nombramiento de Kohler, en verano de ese año tuvo lugar una decisión sorprendente y a contracorriente de la visión económica liberal del macronismo: la nacionalización temporal de los astilleros de Saint-Nazaire para evitar su adquisición por parte de la empresa estatal italiana Fincantieri. ¿Esa medida fue tomada solo para defender el interés general de Francia? ¿O también para ayudar a MSC que se oponía frontalmente a la compra de Fincantieri?

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