El Periódico Mediterráneo

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En situación de desamparo

El calvario de los trabajadores transfronterizos de Ceuta y Melilla

Miles de marroquís tienen dificultades para renovar el visado que les permite cruzar para desarrollar su actividad laboral en las ciudades autónomas

La valla fronteriza que separa Marruecos de España en El Tarajal. MARC FERRÀ

Nawal (nombre ficticio para proteger su identidad) cruzaba a diario el paso fronterizo de El Tarajal para trabajar en Ceuta. Hacía 14 años que cotizaba a la Seguridad Social española, le faltaban pocos meses para llegar a los 15 y tener derecho al subsidio de jubilación. Sus planes se truncaron cuando llegó la pandemia y la frontera se congeló en marzo de 2020. "Nos han forzado a estar parados durante dos años y no nos han dado ninguna ayuda, ni por parte de España ni de Marruecos, nos han dejado en la necesidad, desamparados. Ni la Seguridad Social ni nuestras jefas... nadie nos ha dado nada", explica esta mujer de la ciudad marroquí de Castillejos.

Más de dos años de cierre y una crisis diplomática entre Rabat y Madrid, las fronteras de Ceuta y Melilla han reabierto parcialmente. Por ahora solo pueden acceder las personas con pasaporte de la UE o visado Schengen y a partir de las 0 horas de este 31 de mayo también se va a abrir el paso para los trabajadores transfronterizos. Los dos años de fronteras cerradas han trastocado la vida de las miles de personas que viven en Marruecos y trabajaban en Ceuta o Melilla. Primero les golpeó el cierre y se quedaron sin empleo y ahora, que van a reabrir para ellos, no saben cuando podrán volver a cruzar y trabajar como lo hacían antes.

"Ahora ha salido la normativa nueva, dicen que necesitamos un visado del consulado para poder entrar a trabajar, hay que acordar con los jefes los nuevos papeles para poder trabajar, que les envíen los papeles al consulado para después poder entrar. Y eso, disculpa, pero no es posible", lamenta Nawal. "Que nos dejen entrar con nuestros pasaportes, al menos para poder reclamar nuestros derechos. Así podremos ir a ver a nuestros jefes, si nos contratan nos quedamos a trabajar, y si no nos quieren, pues al menos podremos reclamar nuestros derechos desde allí. Que nos den lo que nos deben de estos dos años y de los años que hemos cotizado a la Seguridad Social", reclama esta mujer.

Dudas y rumores

En la calle y conversaciones de café hay más dudas y rumores que certezas. La mayoría de los trabajadores transfronterizos no disponen, por ahora, de los papeles necesarios y permisos para poder cruzar, ya que les caducaron en 2020 con el cierre. Según Chakib Marouan, secretario general de los trabajadores fronterizos de Ceuta de la Unión Marroquí del Trabajo, por ahora únicamente unas 140 personas, aproximadamente, de un total de 3.600 tienen los permisos para poder acceder a Ceuta a partir de este martes.

"Únicamente pedimos a las autoridades españolas y marroquís que dejen cruzar a los trabajadores que antes del cierre tenían la tarjeta para acceder a Ceuta y que les den un margen de tres meses para poder arreglar los papeles", explica el representante sindical. Ahora solo pueden obtener la autorización para cruzar los trabajadores que sus empresarios han seguido pagando la Seguridad Social durante estos dos últimos años y estas últimas semanas han mandado los diferentes documentos para tramitar el visado y poder cruzar. "El problema es que muchos empresarios han dado de baja a sus trabajadores", explica Marouan.

Paso del Tarajal, con la ciudad autónoma de Ceuta al fondo. MARC FERRÁ

En el caso de los trabajadores que ya no están dados de alta a la Seguridad Social, tienen que empezar de nuevo el proceso y pasar por el Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo INEM). Esto pueda provocar que se rechace la contratación de estas personas "porque el INEM va a decir que si aquí ya tenemos limpiadores o camareros, ¿por qué los tienes que contratar de Marruecos?", defiende Marouan. Algunos de estos trabajadores llevaban más de 20 años cotizando a la Seguridad Social. Incluso hay personas que están cobrando la jubilación, pero sin poder acceder a Ceuta no tienen la manera de poder sacar el dinero de su banco español.

"Los derechos que hay en España se tienen que aplicar también aquí (Ceuta). Nosotras aquí trabajamos por nuestra cuenta, pagamos nuestros impuestos y cotizamos a la Seguridad Social, tenemos que poder tener los mismos derechos y prestaciones que en la península", defiende Nawal. Esta trabajadora transfronteriza asegura que en Castillejos no hay trabajo. "Siempre ha dependido de la frontera, de la compra-venta, de los contratos transfronterizos... Ahora no hay nada, es un bloqueo. Y si no hay nada para vivir, ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos o nos morimos? Hay que encontrar una solución para que podamos vivir con nuestros derechos reconocidos, regular nuestra situación igual como están haciendo en la península", añade.

Dos años sin ver a la familia

Rachida Jraifi, portavoz del colectivo de trabajadores transfronterizos atrapados en Ceuta, vive la historia inversa a sus compañeras que están en Marruecos, pero con la misma incertidumbre. Se quedó encerrada en Ceuta con la llegada de la pandemia. Ella vivía en Marruecos y trabajaba en la ciudad autónoma: "Pensábamos que el cierre duraría 15 días o un mes, pero se ha alargado hasta dos años y tres meses", señala. También relata que durante todo este tiempo ha intentado volver a Marruecos, pero no ha sido posible. Por ahora sigue en Ceuta y no sabe si cruzará pronto para poder volver a su casa.

Rachida explica que ahora tiene contrato en vigor, pero que desde que cerró la frontera le ha caducado el permiso de transfronterizos, que deben renovar cada año, y les facilita cruzar de un lado a otro. Relata que para lograr este permiso te piden diferentes papeles que ella no ha podido tramitar porque no ha podido volver a Marruecos ni ir a la administración que le facilita la documentación. Además, se encuentra con el pasaporte caducado y "sin él no podemos hacer nada". Vive con la incertidumbre de no saber cuando podrá volver a Ceuta si decide ir a Marruecos sin renovar antes su tarjeta de transfronteriza.

Esta mujer también asegura que han estado dos años privados de muchos derechos durante el cierre en Ceuta. Aunque está cotizando, para muchos trámites necesita el permiso de trabajo. Sin este permiso no ha podido renovar su tarjeta sanitaria. "Cuando hemos ido al ambulatorio nos han dicho que con la tarjeta caducada no tenemos derecho a médico de cabecera. ¿Crees que pagando la Seguridad Social me pueden decir esto?", se pregunta Rachida, indignada. 

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