La cumbre de la OTAN en Madrid junta a "democracias que se reúnen para defender la Democracia", y preparará a la Alianza Atlántica para defenderse en "un mundo más peligroso", que asiste a "una brutalidad que no veíamos desde la II Guerra Mundial". La primera frase es de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España; la segunda aseveración, de su invitado Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. Ambas han sido pronunciadas esta mañana en el inicio de una gigantesca coreografía de líderes internacionales y decisiones trascendentales que ya está en marcha.

Caminando uno junto a otro, ambos vestidos de azul y entre paredes pintadas del mismo color emblemático de los estandartes de la OTAN, Sánchez y Stoltenberg han pasado revista al recinto que acogerá las deliberaciones de la cumbre de la Alianza que más jefes de gobierno juntará en sus 73 años de historia.

Los dos han visitado los pabellones de Ifema con algunas de las principales claves aún pendientes de confirmación: a solo unas horas para el arranque del evento, no hay acuerdo para la admisión de dos nuevos socios en el club, Suecia y Finlandia, y ese ha sido el principal bache en dos intervenciones por otra parte dirigidas a reafirmar la vigencia de la OTAN.

En una comparecencia ante los medios, el presidente del Gobierno ha explicado que "el propósito de esta cumbre es trasladar un mensaje de unidad de los aliados, y más allá de los aliados, también de la UE y los países del Indopacífico". Ese mensaje, según Sánchez, es el de la defensa por parte de las democracias de unos "valores de justicia y libertad, y un orden internacional basado en reglas".

Sánchez ha celebrado que en la cumbre de Madrid se incorpore "la estrategia de 360 grados", interesando a la Alianza Atlántica por las amenazas de su flanco sur. Pero no ha podido dar por hecha la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN, que sigue bloqueando Turquía. De hecho ha deseado suerte al secretario general: "Si no es ahora, será más tarde", le ha dicho. 

Más ejército, más dinero

Stoltenberg no ha añadido demasiado sobre el principal escollo al que se enfrenta la cumbre. Sobre el problema del veto turco planteado a la adhesión de Suecia y Finlandia -principalmente por la política de acogida de Estocolmo a los activistas kurdos-, solo ha comentado: "Esperamos avanzar".

El secretario general de la OTAN ha intervenido tras Pedro Sánchez con una breve alocución a los medios en la que ha repetido su opinión de que la de Madrid "será una cumbre transformadora, muy importante", y en la que ha agradecido el "firme compromiso" de España con las misiones militares de la organización.

Cono la palabra "brutalidad" ha aludido Stoltenberg, sin citarla, a la agresión rusa contra Ucrania, solo 24 horas después del bombardeo con misiles de un centro comercial en Kremenchuk. La reunión de Madrid le parece una "cumbre crucial" en la que "se acordará un nuevo Concepto Estratégico para que la OTAN se pueda defender en un mundo más peligroso". Eso implica "más fuerzas de disuasión, más fuerzas preasignadas, la entrega de un paquete de ayuda a Ucrania... ", ha enumerado semblando así los objetivos de la cita. 

Stoltenberg ha hecho una referencia a la necesidad de aumentar el gasto en defensa: "Si queremos defendernos en un mundo más peligroso, habrá que invertir más", ha dicho.

Guiño democrático

Con su visita, los dos líderes han escenificado una simbólica entrega de llaves por parte de la organización española del evento al equipo OTAN, que ahora se hace cargo del complejo y de la cita.

Una reproducción del cuadro 'El abrazo', de Juan Genovés, uno de los iconos de la transición española, es el principal elemento de la decoración de la Sala de Delegados del recinto ferial madrileño, espacio que han revisado, entre pantallas y sillones blancos, Sánchez y Stoltenberg.

El otro elemento principal en las paredes de esa sala es el cuadro 'Un mundo', de la artista de Portbou (Girona) Ángeles Santos Torroella, representante destacada del vanguardismo español de comienzos del siglo XX. Sobre el azul OTAN predominante, el equipo local de organización de la cumbre de la OTAN ha querido salpicar de guiños de la cultura e idiosincrasia españolas todos los espacios dedicados a los participantes, así como las áreas de tránsito.