El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este jueves que dimite y que ha puesto en marcha el proceso para ser sustituido como líder del Partido Conservador británico y, por tanto, como primer ministro del Reino Unido.

"Está claro que la voluntad del Partido Conservador en el Parlamento es que debería haber un nuevo líder del partido y por tanto un nuevo primer ministro", dijo en un mensaje a la nación a las puertas del número 10 de Downing Street, su residencia oficial.

Johnson, que apareció rodeado por sus más cercanos colaboradores, además de su mujer Carrie con una de sus hijas, subrayó que el proceso para reemplazarlo ya se ha iniciado y que la semana que viene se ofrecerá un calendario.

En sus palabras públicas, Johnson dijo sentirse "inmensamente orgulloso" por los logros de su Gobierno, como el Brexit, la crisis de la pandemia y hacer frente a la agresión rusa en Ucrania.

"Nadie es indispensable en política", ha dicho Johnson, en un discurso ante la puerta de Downing Street en el que ha justificado que, si durante semanas se ha aferrado al cargo, es porque entendía que era su "obligación" y que de esta forma respondía al mandato obtenido en las urnas a finales de 2019.

Sin embargo, recordó que hasta que los conservadores elijan a un nuevo líder él seguirá al frente del Gobierno de forma interina, pese a que son muchos dentro y fuera de su partido que le reclaman que se marche ya.

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La carrera política de Boris Johnson, en imágenes Reuters / EFE

Johnson indicó que habló con el presidente del Comité 1922 -que agrupa a los diputados 'tories' sin cartera-, Graham Brady, para iniciar el proceso para sustituirle, ya que este comité es el encargado de establecer el calendario para la elección del "número uno" de la formación, que puede durar varios meses.

El primer ministro ha admitido que intentó convencer a su Gobierno de que sería "extraño" dejar ahora el poder y lamentó haber "fracasado" en sus argumentos.

En este sentido, ha explicado que durante semanas se afanó en defender que era un "error" cambiar al Gobierno en un periodo marcado por la incertidumbre económica, entre otros desafíos de unos tiempos que ha catalogado de "complicados".

El todavía primer ministro cree que ahora habrá mucha gente que se sienta "aliviada", pero también muchos que se sientan "decepcionados", pero "así es la vida".

"Incluso si las cosas pueden a veces parecer oscuras ahora, nuestro futuro juntos es dorado", añadió.

En su breve discurso, Johnson agradeció a todos los votantes británicos que le dieron su apoyo en los comicios generales de 2019 y lamentó no poder cumplir con sus promesas electorales.

Designa nuevos ministros

Johnson, no obstante, ha considerado quedarse al frente de un Ejecutivo provisional hasta que los conservadores elijan a su nuevo líder. De hecho, el primer ministro designó a nuevos ministros para llenar las plazas vacantes antes de anunciar oficialmente su esperada dimisión, según confirmó Downing Street, su residencia y despacho oficial.

Boris Johnson, en el anuncio de su dimisión. Reuters

Entre estos nombramientos figura el de Greg Clark como nuevo ministro de Cohesión Territorial tras el despido de Michael Gove, el de James Cleverly como titular de Educación y el de Kit Malthouse como responsable del ministerio del Gabinete. 

A primera hora de este jueves han dimitido el ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, y varios secretarios de Estado, con lo que son ya más de 50 los cargos que han abandonado el Ejecutivo desde el martes. También ha presentado su dimisión la 'número dos' del Partido Conservador, Caroline Johnson.

Solo minutos después de que se conociera la noticia, la nueva ministra de Educación, Michelle Donelan, había dimitido tras solo 36 horas en el cargo, y el nuevo ministro de Economía, Nadhim Zahawi, le había pedido que "se fuera ya".

A solo 16 días de alcanzar los tres años como primer ministro, la de Johnson sería una de las estancias más cortas en Downing Street desde 1900.

El nombramiento de su sucesor al frente del partido "tory" (conservador), y por tanto del Ejecutivo británico, debería conocerse antes de que los conservadores celebren su congreso anual, previsto para octubre, dijo una fuente de Downing Street.

El líder de la oposición habla de "buena noticia"

El líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Keir Starmer, dijo que es "una buena noticia" para el país que el primer ministro vaya a dimitir, aunque esto "debería haber ocurrido hace mucho tiempo". En un comunicado, Starmer consideró que el Reino Unido "no necesita cambiar al 'tory' en el poder", sino un "cambio de gobierno completo".

"(Johnson) siempre ha sido inadecuado para el cargo. Ha sido responsable de mentiras, escándalos y fraude a una escala industrial. Y todos aquellos que han sido cómplices deberían estar totalmente avergonzados", afirma el dirigente del Laborismo en una nota colgada en su cuenta de Twitter.

A la espera de que Johnson haga una declaración a las puertas de Downing Street -sede del Ejecutivo-, Starmer recalca que el Partido Tory "ha infligido caos en el país durante la peor crisis por el coste de la vida en décadas, no pueden ahora fingir que son los que lo van a solucionar".

"Llevan en el poder 12 años. El daño que han ocasionado es profundo. Doce años de estancamiento económico, 12 años de declive en los servicios públicos, 12 años de promesas vacías", remarca Starmer.

"Ya es suficiente. No necesitamos cambiar al 'tory' en el poder, necesitamos un cambio de gobierno completo. Necesitamos un nuevo comienzo para el Reino Unido ", remata el líder laborista.

Sturgeon: "Fue incapaz de ser primer ministro"

Por su parte, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, consideró este jueves que el jefe del Gobierno británico "siempre fue incapaz de ser primer ministro".

A pesar del "alivio" que supone la dimisión de Johnson, Sturgeon sostuvo en un mensaje en Twitter que "el déficit democrático inherente a Westminster no se soluciona con un cambio de primer ministro", ante la perspectiva de un nuevo líder conservador antes del congreso "tory" en octubre.

"Los problemas van mucho más allá de un solo individuo. El sistema de Westminster (sede de las instituciones británicas) está roto", agregó.