El presidente Joe Biden y su partido han logrado este domingo que el Senado de EEUU apruebe el proyecto más ambicioso para incentivar la energía verde y la reducción de carbono. El proyecto de ley, llamado Ley de Reducción de la Inflación, representa la inversión en la lucha contra el cambio climático más grande en la historia de los EEUU, una victoria para Biden. La ley también supone cambios sustanciales en la política sanitaria al otorgar por primera vez a Medicare la negociación del precio de ciertos medicamentos recetados y la extensión de subsidios de atención médica hasta tres años.

Los demócratas del Senado, con una estrecha mayoría de 51 a 50 votos, para la que es necesario el voto de la vicepresidenta Kamala Harris, se mantuvieron unidos para aprobar la legislación mediante un proceso especial para aprobar la medida sin los votos de los republicanos. La aprobación final se produjo después de una serie maratoniana de votaciones de enmiendas polémicas conocidas que se prolongó desde el sábado por la noche hasta el domingo por la tarde.

Más impuestos a grandes corporaciones

Biden y su partido esperan que la legislación contribuya a reducir el déficit público. La inversión necesaria para su desarrollo se pagará a través de nuevos impuestos. Se gravará con un impuesto mínimo del 15% a las grandes corporaciones y con un impuesto del 1% a la recompra de acciones. Con estas medidas se calcula recaudar más de 700.000 millones de dólares en ingresos gubernamentales durante 10 años. De ellos, 430.000 millones de dólares se destinarán a reducir las emisiones de carbono mediante la incentivación de energías verdes y la compra de vehículos eléctricos. Parte de esos ingresos se destinarán también a extender los subsidios del seguro médico. El resto de los nuevos ingresos servirán para reducir el déficit. Se espera con estas medidas reducir la huella de carbono en un 40% en diez años.

La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, que se espera que retome la legislación el viernes 12 de agosto, debe aprobar el proyecto de ley antes de que Biden pueda convertirlo en ley. La histórica aprobación en el Senado sirve a Biden para resarcirse la sentencia del Supremo que restó poderes a la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) para regular las emisiones.

Pese al éxito que supone haber superado la oposición republicana y las reticencias de los senadores del ala conservadora del partido demócrata, Joa Manchin y Kyrsten Sinema, la medida no alcanza las dimensiones del plan propuesto por el presidente y aprobado inicialmente por la Cámara de Representantes el pasado mes de noviembre. Aquella versión original del ambicioso proyecto de Biden alcanzaba una inversión de 2.2 billones de dólares.