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Extraño fenómeno en Francia

Preocupación en Francia por las incursiones de cetáceos en el Sena

Muere la ballena beluga que había quedado atrapada a menos de 100 kilómetros de París

Preocupación en Francia por las incursiones de cetáceos en el Sena.

Ha sido el 'feuilleton' de estas primeras semanas de agosto de letargia informativa en Francia. Una beluga (o ballena blanca) quedó atrapada en el Sena, a unos 70 kilómetros de París. Después de permanecer encallada durante más de una semana, un equipo de rescatistas franceses logró liberarla durante la madrugada del martes al miércoles. Gracias a un complejo operativo, en que participaron 24 buzos y que duró unas seis horas, la sacaron de la esclusa en que estaba y la instalaron en un camión refrigerado que debía llevarla hasta la localidad de Ouistreham. Pero antes de que llegara a la desembocadura en el Atlántico, los veterinarios decidieron eutanasiarla debido a un estado físico “alarmante”. No hubo 'happy end' para la ballena extraviada.

El devenir de este animal no solo interesó a la opinión pública gala por su situación crítica -incluso se hicieron importantes donaciones para salvarla-, sino también por la rareza de este episodio. Se trata de la segunda beluga hallada en un río francés desde 1948. Ese año un pescador encontró en sus redes a un cetáceo de este tipo en el Loira. En el caso del Sena, es la primera vez en que se tiene constancia de una ballena de este tipo. 

En 2018, una ballena blanca ya estuvo nadando durante tres meses en el estuario del Támesis, en Reino Unido. Se trata, sin embargo, de una presencia completamente inhabitual en los ríos de Europa Occidental. De hecho, tienen como hábitat las aguas frías del Ártico. La población de belugas más cercana está frente al archipiélago de Svalbard, al norte de Noruega, a unos 3.000 kilómetros del Sena, según el observatorio Pelagis, especializado en mamíferos marinos. Aunque en otoño descienden al sur, nunca se aventuran tan lejos.

La contaminación sonora, posible causa

¿Cómo este cetáceo de 800 kilogramos pudo nadar 130 kilómetros por el Sena durante más de una semana? Observada el 2 de agosto en ese río, se ignora cómo llegó hasta allí, hasta quedarse atrapada en una esclusa en la localidad de Saint-Pierre-la-Garenne. Este interrogante ha generado cierta preocupación en Francia al haberse producido en mayo otro caso muy parecido. Entonces, una orca se adentró en el Sena hasta cerca de Rouen, pero terminó muriendo tras una fallida operación para reorientarla hacia el océano. A finales de junio, también se vio a un rorcual en el estuario del mismo río, cerca de Le Havre. 

“La beluga y la orca son animales gregarios, que normalmente viven en grupo. Ahora se encontraron solas en un momento dado. Se trata de algo anormal”, aseguró Gérard Mauger, vicepresidente del grupo de estudios de cetáceos del Corentin, en declaraciones al diario francés Le Progrés. Según ha advertido la oenegé Sea Sheperd France, que participó en la operación de rescate de la beluga, uno de los posibles motivos de su extravío podría ser la contaminación sonora del mar.

“En primer lugar, sospechamos de la contaminación sonora. Los humanos tendimos a subestimar la contaminación sonora marítima. Los cetáceos tienen un radar para desplazarse y comunicarse entre ellos. Es un elemento esencial para su supervivencia. No obstante, la contaminación sonora los desorienta y, en el peor de los casos, esto puede provocarles lesiones y hemorragias internas”, dijo la presidenta de Sea Sheperd France, Lamya Essemlali. 

Esta responsable asociativa citó, en concreto, el impacto de la construcción de un parque eólico marítimo en el estuario del Sena: “Sabemos que estas infraestructuras son muy ruidosas”. “Tememos que el despliegue de parques eólicos marítimos sobre el litoral francés, sobre todo en zonas protegidas, tenga consecuencias catastróficas para la vida marina”, añadió.

“Múltiples factores”

Sin embargo, otros expertos y asociaciones matizan la eventual influencia de los parques eólicos marinos en estas incursiones. El observatorio Pelagis recuerda que pueden deberse a “factores múltiples”, como “su estado de salud, la edad (las ballenas jóvenes suelen dispersarse más fácilmente), el aislamiento social o las condiciones medioambientales”. 

El oceanógrafo François Sarano indicó a la AFP que el cambio climático está entre las posibles causas. El aumento de la temperatura del mar afecta las corrientes marítimas y estas pueden llevar los cetáceos a zonas muy poco habituales para ellos. Además, Sarano citó la influencia de los rápidos cambios en la posición de los polos magnéticos terrestres. Es larga la lista de hipótesis sobre unas incursiones de cetáceos que hacen correr ríos de tinta en Francia.

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