Unos 15 millones de chilenos se encuentran este domingo en condiciones de decidir por medio del voto si aprueban o rechazan la nueva Carta Magna que una convención paritaria redactó a lo largo de un año con una orientación progresista que no tiene precedentes en América Latina. Como suele ocurrir en ese país, la sociedad llega a la consulta en medio de una fuerte polarización que no ha excluido momentos tensos y agresiones.

Durante meses, las encuestas le asignaban la victoria a la opción "Rechazo" que impulsan los partidos de derecha y un sector del centro político, por al menos diez puntos de diferencia. Sin embargo, un último sondeo de Plaza Pública/Cadem conocido días atrás ha reducido la distancia a la mitad. El pasado jueves tuvo lugar el cierre formal de las campañas. El amplio abanico de centroizquierda e izquierda que promueve el "Apruebo" ganó las calles con una sorprendente masividad que empequeñeció las manifestaciones de sus oponentes. Esas escenas le han dado al Gobierno del presidente Gabriel Boric una luz de esperanza de cara a la apertura de las urnas. El otro factor que puede traer novedades en el escrutinio está relacionado con la participación electoral. En Chile suele votar un 50% del censo. Si se confirma que esta vez lo hará el 70%, el curso del resultado podría traer sorpresas.

La nueva Constitución es fruto del estallido social de noviembre de 2019 que puso al presidente de derechas, Sebastián Piñera, en una situación de ingobernabilidad inesperada. El horizonte de confrontación se redujo por un acuerdo multipartidario para cambiar la Carta Magna que tenía la marca de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90). Bajo los efectos de aquella multitudinaria protesta, se realizó en 2020 lo que se llamó un "plebiscito de entrada" a la Constituyente: el 79% apoyó que se hiciera a través de una Convención. La asamblea que redactó la Carta Magna tuvo un predominio de la izquierda y un fuerte enfoque de género. La derecha careció de poder de veto y comenzó una sistemática campaña de desprestigio de su contenido. Las fake news auguraban expropiaciones, tribunales indígenas, un aborto a los nueve meses de embarazo. Una parte de la población las tomó como verdad. Un 50% de los chilenos ha reconocido saber en rigor poco o nada sobre el texto en juego.

Posibles escenarios

Los especialistas vislumbran cuatro posibles escenarios. El primero, de carácter disruptivo, no previsto por las encuestas, pero intuido en las calles, y a favor por una amplia mayoría del "Apruebo". Un segundo, en el que se confirman los sondeos: gana el “Rechazo” por escaso margen y eso obliga a definir un nuevo proceso constitucional en un plazo no menor a los cuatro meses. Los analistas contemplan además un triunfo del Apruebo por una menor distancia y, por último, una situación de incertidumbre y conflicto en la que vence el "No" y la derecha más intransigente pone el freno de mano a cualquier instancia de cambios futuros, lo que abriría otra vez las puertas del conflicto social.

Boric se ha jugado parte de su capital en esta consulta. Si los resultados no son los más anhelados, intentará convocar a un nuevo proceso constituyente. "Me cuesta mucho imaginarme que después de todo lo que ha pasado en Chile decidamos volver a fojas cero", dijo. Si se produjera el ansiado milagro y gana el "Apruebo", el Gobierno también se ha abierto a promover algunos "ajustes" del texto. Ya ha lanzado el convite a sectores de la derecha dispuestos a sentarse a participar de esos posibles cambios.