La intervención del mercado energético europeo se ha convertido en una necesidad imperiosa para combatir el chantaje de Rusia y contener los estratosféricos precios del gas y la electricidad. En vísperas del consejo de ministros de Energía de emergencia, convocado para este viernes por la presidencia checa de la Unión Europea, la Comisión Europea mueve ficha y formaliza sus propuestas para crear un cortafuegos que permita aliviar la presión sobre consumidores y empresas. Según ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el nuevo plan de emergencia incluye, entre otras medidas, un ahorro obligatorio del consumo eléctrico de "al menos el 5% en las horas punta", un tope al precio del gas ruso y un tope a los ingresos de las empresas que producen electricidad a costes más bajos, como renovables, nuclear o carbón.

El diagnóstico de von der Leyen es alarmante. Pese a las medidas adoptadas en los últimos meses para diversificar las fuentes de energía y aumentar las reservas de gas, ”nos enfrentamos a una situación extraordinaria, porque Rusia es un proveedor poco fiable y está manipulando nuestros mercados energéticos”, ha explicado la alemana durante una breve comparecencia antes de su almuerzo con los embajadores de los Veintisiete para explicar las nuevas propuestas y preparar el debate de los ministros de energía de este viernes. “Vemos que la manipulación de los mercados del gas tiene un efecto indirecto en el mercado de la electricidad. Nos enfrentamos a precios astronómicos de la electricidad para hogares y empresas y a una enorme volatilidad del mercado”, ha explicado la presidenta.

Cinco líneas de acción

Para hacer frente a esta situación y proteger a consumidores y empresas vulnerables, Bruselas plantea cinco líneas de trabajo. En primer lugar, un recorte obligatorio del consumo de electricidad, como ya se ha acordado en verano para el gas con el objetivo de reducir su consumo un 15% entre agosto y marzo de 2023. En el caso de la electricidad , la Comisión pone el foco en un ahorro “inteligente de electricidad” con el acento en las horas pico de demanda. “Lo que ha cambiado es que la oferta energética mundial es escasa. Necesitamos una estrategia para aplanar los picos que impulsan el precio de la electricidad”, ha explicado von der Leyen. Según el borrador de la propuesta, los Estados miembros deberán fijar "un objetivo obligatorio de al menos un 5% de reducción del consumo neto de electricidad durante las horas de precio máximo".

El segundo gran pilar de la estrategia de emergencia europea apuesta por fijar un tope a los ingresos de las empresas que producen electricidad con bajos costes. Es decir, limitar los beneficios de las renovables, la nuclear o el carbón y utilizar esos beneficios para ayudar a los consumidores. “Las fuentes de energía con bajas emisiones de carbono están obteniendo ingresos inesperados, que no reflejan sus costes de producción. Ya es hora de que los consumidores se beneficien”, ha defendido von der Leyen. La idea sería establecer un precio máximo de 200 euros por megavatio hora (MWh). 

En tercer lugar, Bruselas plantea a los Veintisiete la creación de un impuesto "solidario" para las empresas de combustibles fósiles por los beneficios extraordinarios que están recibiendo debido a los elevados precios energéticos. “Las empresas de petróleo y gas también han obtenido beneficios masivos. Por ello, propondremos una contribución solidaria para las empresas de combustibles fósiles, porque todas las fuentes de energía deben ayudar a afrontar esta crisis”, ha dicho von der Leyen sobre la contribución extraordinaria dirigida a empresas petroleras y gasísticas. La idea de la medida es que los Estados miembros inviertan esos ingresos en apoyar a los hogares vulnerables e inviertan en fuentes de energía limpia de producción propia.

La esperada inicia también plantea medidas para aumentar la liquidez para las empresas energéticas afectadas por la crisis a través de una relajación de las reglas sobre ayudas de estado. “Hay que apoyar a las empresas de servicios energéticos para que puedan hacer frente a la volatilidad de los mercados. Actualmente se les pide que aporten cantidades inesperadas de fondos, lo que pone en peligro su capacidad de negociación y la estabilidad de los mercados futuros. Contribuiremos a facilitar el apoyo a la liquidez”, ha anunciado von der Leyen.

Tal y como se había filtrado en los últimos días, el plan también incluye una medida dirigida particularmente a Rusia: un precio máximo al gas ruso que llega por tubería aunque la presidenta ha explicado que analizan la situación del gas natural licuado. “El objetivo aquí es muy claro. Debemos cortar los ingresos de Rusia que Putin utiliza para financiar esta guerra atroz contra Ucrania”, ha justificado la alemana que asegura que la estrategia puesta en marcha antes del verano para desengancharse del gas ruso ya está dando frutos. “Al principio de la guerra, el gas de los gasoductos rusos representaba el 40% de todo el gas importado. Hoy se ha reducido a sólo el 9% de nuestras importaciones de gas”, ha asegurado. Hasta ahora Rusia ya ha cortado parcial o totalmente el suministro de gas a 13 Estados miembros y el presidente Vladimir Putin ha amenazado con detener cualquier suministro a aquellos países que impongan un precio máximo.