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Elecciones en Italia

La parábola ultra del 'barrio maldito' de Roma

La zona más pobre de la capital italiana se convirtió el año pasado también en la única en manos de una administración de extrema derecha

Militantes del partido Fratelli d’Italia reparten propaganda electoral en el distrito de Tor Bella Monaca. Irene Savio

En 1976 se estrenó en Italia la película 'Feos, sucios y malos', dirigida por Ettore Scola. La acción transcurre en una barriada de la periferia romana, donde un viejo ojituerto vive apiñado en una chabola a medio construir con su esposa, hijos, nueras y nietos. Es un retrato de la humanidad amargada y olvidada por el ‘milagro económico’ italiano del siglo XX. Pero hoy, 46 años después, las cosas siguen funcionando igual o peor en las zonas más deprimidas de algunos suburbios italianos, como el distrito 6 de Roma. La razón: su problemático barrio de Tor Bella Monaca, el más pobre de la capital, donde la población hormiguea entre grupúsculos de traficantes de medio pelo, que dictan ley en el que es uno de los grandes hipermercados de la droga de Italia. “El equivalente de las chabolas de Scola son aquí algunos edificios de hormigón gris, donde gente cuyo único pecado es ser pobre tiene que convivir con otros que se dedican a la delincuencia”, dice Antonio Eusepe, un militar jubilado, habitante de la zona.

Hoy por hoy, sin embargo, esta no es la única peculiaridad del distrito. La novedad es otra: en los comicios locales del año pasado, el centroizquierda ganó en toda la ciudad, salvo en esta zona de la capital, donde triunfó una coalición liderada por el partido de extrema derecha Fratelli D’Italia (Hermanos de Italia). Un resultado electoral logrado al calor del desmoronamiento político del populista Movimiento 5 Estrellas (M5E) --que gobernó en Roma de 2016 a 2021--, y que adquiere ahora otra dimensión de cara a las generales del 25 de septiembre, en las que Fratelli parte como favorito. Algo que alegra a Eusepe, que se considera “de derecha desde siempre, también cuando en esta tierra la izquierda vencía holgadamente, hace ya tres décadas”, afirma. “Ahora en cada barrio del distrito hay presencia de delegaciones de Fratelli”, añade Emanuele Buffolano, portavoz local de la formación.

La mutación derechista de esta zona no ha sido un proceso inmediato; pese al nacimiento romano en 1946 del posfascista Movimiento Social Italiano, progenitor político de Fratelli, el contagio llevó tiempo. “Yo mismo he sido concejal en este distrito durante 28 años, y me presenté en tres ocasiones como cabeza de lista de mi partido. Me he entregado mucho”, dice Nicola Franco, el hoy mini-alcalde del distrito, al añadir que “durante la pandemia, incluso repartíamos paquetes de ayuda alimentaria a la población”.

“Es indudable que también nos benefició el aburguesamiento de una izquierda que se ha alejado del pueblo, así como todas esas promesas incumplidas de los 5 Estrellas”, detalla repitiendo un retórica muy frecuente en el actual discurso de la extrema derecha italiana. “Sólo cabe recordar que, en 2016, los 5 Estrellas se impusieron aquí con el 75%, y nosotros el año pasado obtuvimos el 61%. Esto a pesar de que me atacaron incluso con una foto en la que aparezco haciendo el saludo romano (fascista), un error de juventud”, reconoce.

El resultado no ha sido baladí. El peso del distrito 6 de Roma, integrado por una decena de barrios, todos periféricos y alejados del centro, suma unos 250.000 habitantes (casi el equivalente a una ciudad como Gijón), a los que hay que añadir un número indefinido de personas no censadas al estar en los márgenes de la sociedad. A Alessandra Laterza, gestora de la única librería de Tor Bella Monaca, le parece el verdadero drama.

Laterza cuenta que, después de negarse a vender un libro de Giorgia Meloni, la líder de Fratelli, fue víctima de múltiples amenazas, incluyendo una carta firmada Benito Mussolini, el difunto dictador fascista de Italia. “La Digos (Dirección de Operaciones Especiales) investigó estos casos y descubrió que detrás había algunos exintegrantes de los NAR (una organización terrorista neofascista que aterrorizó Italia en los años setenta)”, asevera. “Por eso desde entonces la policía me da protección cuando, por ejemplo, organizo o participo en actos muy concurridos”.

El tejido demográfico del barrio en el que trabaja Laterza no esconde la tensión social. A lo largo de la Vía de la Arqueología, y en sus calles adyacentes, es prácticamente imposible no percibir lo que ratifican los datos. La realidad de una zona con una renta per cápita bajísima (y que decreció aún más con la pandemia), donde se cometen más delitos que en otras áreas de la ciudad, las cifras de los feminicidios asustan, y una decena de bandas criminales operan infiltradas por el virus de la Camporra napolitana y la Ndrangheta calabresa. “Resultado de este caldo de cultivo ha sido también un abstencionismo electoral muy amplio en este distrito”, recuerda el investigador y funcionario público Federico Tomassi. “Es el reflejo de la resignación”, puntualiza.

Ante esto, Franco, el mini-alcalde, ha optado por la vía del pragmátismo, asegura. Defender las raíces cristianas pero permitir algún acto del Orgullo Gay. También reparar semáforos y calles. Una avispada gestión del territorio en línea con la presumida moderación que ventilan sus líderes nacionales. “Estamos en el año 2022”, afirma Franco.

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