Cientos de iranís han tomado las redes sociales y las calles de Teherán y el Kurdistán iraní —en el oeste del país— para protestar contra la muerte el viernes pasado de la joven Mahsa Amini, kurda iraní, que fue detenida por la policía el martes de la semana pasada en Teherán por “llevar el velo islámico de forma incorrecta”.

Amini, según la policía moral de la República Islámica, llevaba el hijab sin cubrirle el pelo suficientemente, algo común en los barrios más liberales de la capital iraní, Teherán. Pero con la victoria el año pasado del ultraconservador Ebrahim Raisí, nuevo presidente de Irán, las patrullas de la policía moral han endurecido sus estándares: las detenciones de mujeres que no lleven el velo de la forma “apropiada” se han vuelto constantes. Una vez detenidas, estas mujeres son “reeducadas” en comisaría y liberadas después, al cabo de unas horas.

Fue durante esta detención que la joven Amini fue apalizada. Entró en coma cerebral el martes por la tarde y falleció el viernes pasado. “Querida Mahsa, ¡no has muerto! Tu nombre se convertirá en un símbolo”, gritaban manifestantes este domingo en una protesta de estudiantes frente la Universidad de Teherán.

En las protestas en el Kurdistán iraní, que empezaron en el funeral de la joven, la policía reprimió a los manifestantes para dispersarlos. La plataforma de derechos humanos Hengaw asegura que hay más de 40 heridos y al menos una docena de personas detenidas. Online y en redes sociales, además, muchas mujeres se han grabado a sí mismas cortándose el pelo o quitándose el velo, algo ilegal en Irán. En el Kurdistán iraní, durante este lunes, se ha decretado una huelga general en protesta por el asesinato de la joven.

La policía lo niega todo

“Este incidente ha sido desafortunado para nosotros, y no deseamos verlo más en el futuro”, ha dicho este lunes el comandante de la policía en Teherán, Huséin Rahimi, que ha mantenido la versión oficial, que asegura que la joven murió porque desfalleció por sí misma en comisaría por una “supuesta enfermedad”.

“Se han hecho muchas acusaciones cobardes contra la policía iraní. Esperaremos a responderlas en el día de nuestro juicio ante Dios, y mientras tanto no pararemos de hacer nuestro trabajo de mantener la seguridad”, ha dicho Rahimi.

La familia de Amini, sin embargo, clama contra la versión oficial. El padre de la joven asegura que su hija no tenía ninguna enfermedad previa, y que no había motivos para que desfalleciera de golpe, sin razón aparente. Mientras Amini estaba detenida dentro de la comisaría, además, su hermano estaba fuera del recinto intentando sacarla. El hermano explicó después que escuchó golpes y gritos en el interior del edificio. 

“No está claro cómo la apalizaron. Las mujeres que estaban en la ambulancia dijeron que le habían golpeado en la cabeza. Le pegaron dentro del coche policial y en la comisaría, pero no quieren enseñar el vídeo. En cambio, publicaron otro que estaba manipulado”, ha dicho este lunes Amjad Amini, el padre de Mahsa, al medio kurdo 'Rudaw'.