La victoria de la coalición de derecha en las elecciones de Italia ha suscitado algunas dudas sobre su sistema electoral y el papel que este ha desempeñado en los comicios. Estas son las claves de Rosatellum, que es como se conoce el sistema electoral italiano.

La actual ley electoral italiana fue aprobada en 2017 y favorece a las grandes coaliciones, pues su intención era apuntalar el bipartidismo y frenar al populista Movimiento 5 Estrellas (M5S), que ganó las generales el año siguiente.

Denominada "Rosatellum", es un sistema mixto en el que el 61 % de los escaños son asignados por el método proporcional -en función del porcentaje de votos obtenidos- y el 37 % depende de un mayoritario con circunscripciones uninominales, donde la coalición -no el partido- que saque un voto más se llevará el escaño.

El 2% restante está reservado al voto en el extranjero: 12 diputados y senadores.

En estas elecciones se elegirán 600 parlamentarios (400 diputados y 200 senadores) frente a los 945 actuales (630 y 315) tras una reforma aprobada en referéndum.

La derecha "ha utilizado mejor las características de la ley electoral, con su gran coalición", ya que "teniendo una cuota del 45 % de los votos según los sondeos podrían llegar a sumar el 70 % de la representación parlamentaria si gana en todos los colegios uninominales", según Vannucci.

"Sería la primera vez en la historia de Italia", añade el experto, preocupado porque una "representación sobredimensionada, mucho mayor de su peso efectivo en la sociedad" supone "una mayoría blindada, fortísima" con la que "se corre el riesgo de que una cuota amplia de ciudadanos no se sientan representados y deslegitimen las acciones del futuro Gobierno".

La izquierda, mucho más fragmentada, ya advertido de que eso podría permitir a la derecha hacer cambios en la Constitución sin necesidad del consenso de los partidos o la ratificación de los ciudadanos en referéndum