Kuwait celebra elecciones para enmendar su crisis política. Unos 305 candidatos se disputan este jueves los 50 escaños de un nuevo Parlamento que busca solucionar la tensión constante con el Ejecutivo. Tras la renuncia del Gobierno el pasado mes de abril, esta monarquía constitucional del Golfo navega la inestabilidad política marcada por los choques entre gobernantes y diputados. Más de 795.000 votantes acuden a las urnas este jueves para elegir a sus representantes en los segundos comicios legislativos en dos años.

Durante estos dos años, las acusaciones de corrupción e ineficacia de los legisladores contra los ministros se han sucedido. Estos últimos se han defendido acusando, a su vez, a los diputados de “abusar de las herramientas que les permiten interpelar” a los miembros del Gobierno. El pasado 15 de junio, el príncipe heredero Meshal al Ahmed al Jaber al Salah, en nombre del emir Nawaf al Ahmed al Sabah, no tuvo más remedio que intervenir. La dimisión en masa del Ejecutivo dos meses antes le forzó a disolver la Asamblea Nacional y allanar el camino para las elecciones.

Estos son los comicios más inclusivos del país en los últimos 10 años, según han apuntado los observadores electorales. Algunos grupos de la oposición se despiden este jueves del boicot que ejercían después que los monarcas kuwaitís se comprometieron a no interferir en el Parlamento. Las crisis políticas constantes en esta pequeña monarquía del Golfo hacen de estos los sextos comicios en la última década. Con medio centenar de miembros electos y un gabinete designado por el líder del país, la Asamblea Nacional de Kuwait es considerada la más libre del Golfo ya que es la única que cuenta con un Parlamento que ejerce control sobre el Gobierno. 

Promesas de reformas

La campaña electoral ha incluido discursos desbordantes de promesas de reformas políticas y económicas para un país que, pese a ser uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, se resiente del impacto económico de la pandemia. “No interferiremos en las elecciones del pueblo para sus representantes, ni en las elecciones de la próxima Asamblea Nacional al elegir a su presidente o sus comités”, ha prometido el príncipe heredero. “El parlamento será el maestro de sus decisiones y no apoyaremos a una facción a expensas de otra; nos mantendremos a la misma distancia de todos”, ha insistido, a diferencia de lo que han hecho otras veces.

Con 4,4 millones de habitantes, Kuwait cuenta entre su población con una gran masa de trabajadores extranjeros que no tienen derecho a votar. La primera nación árabe en adoptar una Constitución en 1962, un año después de su independencia de Reino Unido, ha visto como la constante inestabilidad política se interponía en el pleno desarrollo de su economía. Durante estos comicios, una veintena de candidatas miran a sus vecinas de Irán con la esperanza de que su valentía en las calles inspire a los votantes para que, por fin, ellas puedan ocupar un escaño en la Asamblea Nacional de Kuwait.