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Extrema derecha en Francia

El medio paso atrás de Marine Le Pen

Cincuenta años después de la creación del Frente Nacional, el principal partido de la ultraderecha en Francia se prepara para que lo dirija alguien sin el apellido Le Pen

La líder ultraderechista francesa, Marine Le Pen. EFE

Un aniversario simbólico tanto por la fecha como por el momento en que se produce. El Frente Nacional (FN, rebautizado Reagrupación Nacional en 2018) cumple este miércoles 50 años de su fundación. El 5 de octubre de 1972, grupúsculos neofascistas como Orden Nuevo, nostálgicos de la Argelia francesa, de la Francia de Vichy y reaccionarios monárquicos -incluso un exmiembro de las SS formó parte de la primera dirección del partido- se unieron para crear el FN, presidido por Jean-Marie Le Pen. Cinco décadas después, esta formación ultranacionalista y xenófoba se ha convertido de la mano de su hija Marine Le Pen en la segunda fuerza política del país, tras conseguir más del 40% de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales de abril.

Pese a su presente floreciente, la ultraderecha francesa celebra este aniversario con lo mínimo y necesario. Apenas un tuit esta mañana de Le Pen hija y el jueves organiza un coloquio en la Asamblea Nacional en una sala con una capacidad máxima de 30 personas. Obviamente, Jean-Marie Le Pen -lo expulsaron del partido en 2015 por sus comentarios en que negaba el Holocausto- no está invitado en el acto. Solo intervendrá un histórico dirigente de los ultras. Aunque conserva la misma ideología de sus inicios, RN quiere desmarcarse de su pasado vinculado al neofascismo. Y prefiere centrarse en un presente marcado por la elección de un nuevo presidente del partido.

Sin el apellido Le Pen

Por primera vez en su historia, la formación ultra se prepara para elegir a un presidente que no lleve el apellido Le Pen. Entre 1972 y 2011, Jean-Marie Le Pen lideró con su estilo provocativo este partido, al que convirtió en una de las principales formaciones de Francia, aunque con un evidente techo de cristal que le impedía gobernar. Su hija Marine tomó el relevo en 2011 y apostó por una estrategia de dédiabolisation (desdemonización) en aras de convertirlo en un partido como cualquier otro. Por este motivo, se alejó -o al menos lo disimuló- de cualquier vestigio antisemita o vinculado a grupúsculos violentos neofascistas.

Diez años después de haber asumido la presidencia del FN, Marine Le Pen se prepara para que la sustituyan al frente del partido. El eurodiputado Jordan Bardella, 27 años, y el alcalde de Perpinyà, Louis Aliot, 53 años, compiten para hacerse con las riendas. Los 30.000 militantes de RN votan durante este mes de octubre de manera electrónica al nuevo presidente. Apenas hay diferencias ideológicas ni de estilo entre los dos candidatos de unas primarias que dan muy pocos titulares a los periodistas políticos galos, mucho más entretenidos siguiendo el actual embrollo por los supuestos casos de violencia machista que salpican a dirigentes de la izquierda o las tensiones internas en Los Republicanos (afines al PP). 

El principal objetivo de este proceso interno, cuyo resultado se desvelará a principios de noviembre y en que Bardella parte como archifavorito, es reforzar la imagen de que son un partido como cualquier otro, que elige a sus líderes de manera democrática, pero sin lanzarse los platos por la cabeza. "Las guerras de partido para este invierno, en que los franceses tendrán problemas para encender la calefacción, no son nuestra prioridad", dijo el diputado ultra Jean-Philippe Tanguy, 36 años, una de las figuras ascendentes de la RN.

Dudas para 2027

"Es la primera vez que compiten por la presidencia del partido dos candidatos que no forman parte de la familia Le Pen. Pero tanto Bardella, que es la pareja de una sobrina de Marine, y Louis Aliot, que fue compañero sentimental de la actual líder hace unos años, son muy cercanos a la familia Le Pen. Esto nos muestra que ella no parece dispuesta del todo a ceder el liderazgo y que seguirá teniendo la última palabra", explica a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, la politóloga Christèle Lagier, experta en el electorado de la ultraderecha. 

"No creo para nada en la democracia interna de la RN. Hay una gran opacidad sobre este proceso interno y no tengo ninguna duda de que será Marine Le Pen quién decida el nombre de su sucesor al frente del partido", añade esta profesora en la Universidad de Aviñón, quien recuerda el tradicional funcionamiento muy vertical y con mano de hierro de esta formación. Cuando este proceso interno fue anunciado en primavera, muchos analistas consideraron que sería el primer paso para que Le Pen diera paso a su delfín Bardella. Ella misma aseguró en mayo que "a priori" no volvería a presentarse a unas presidenciales. 

No obstante, la situación parece haber cambiado tras los buenos resultados de RN en las pasadas elecciones legislativas, en que logró 89 diputados y quedó como tercera fuerza. La líder de RN quiere dar un medio paso atrás "para centrarse en el trabajo institucional en la Asamblea Nacional y así mejorar la imagen de su partido. Y seguramente preparar las elecciones presidenciales de 2027", advierte Lagier.

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