El periodista y activista político Vladímir Kara-Murzá sobrevivió a dos intentos de envenenamiento en 2015 y 2017. Vivió la pérdida del político opositor Boris Nemtsov, junto al que protestó antes de que este fuera asesinado en el centro de Moscú. Fue detenido el pasado mes de abril por desobedecer a la policía, condena que se le extendió por "desacreditar a las Fuerzas Armadas". Y ahora las autoridades rusas le acusan de "alta traición" por, supuestamente, haber recibido financiación del extranjero, desde países miembros de la OTAN.

Los servicios secretos rusos le acusan de "cooperar a largo plazo con países de la alianza transatlántica", según informó este jueves la agencia TASS. Concretamente se afirma que recibía 30.000 dólares mensuales por "actuar en contra de la seguridad de Rusia", aseguran medios del Kremlin como RT. Según palabras de su abogado, Vadim Prokhorov, la condena podría ser de hasta 20 años de cárcel, que se sumarían a los dos que ya tiene pendientes.

En su día, Kara-Murzá culpó a las autoridades rusas de los intentos de envenenamiento por, aseguró, haber presionado a Occidente para que sancionara a los funcionarios rusos culpables de violar derechos humanos.

Se trata de la segunda condena por alta traición en este 2022. La anterior fue la del periodista Iván Safronov, al que sentenciaron a 22 años de cárcel. Las autoridades rusas le culparon de haber pasado información confidencial rusa a países como la República Checa, acusación que negó. Él mismo señaló que las fuentes que usaba para su trabajo eran abiertas, que no tenía información clasificada.

Exilio o prisión

Actualmente la mayor parte de la oposición rusa se encuentra en el exilio o en prisión. El nombre más conocido es el de Alekséi Navalni, que cumple condena en una colonia penal a 100 kilómetros de Moscú. Se ha quejado de las condiciones en las que vive en repetidas ocasiones a través de cartas a sus abogados, en las que denuncia que le despiertan cada hora durante la noche, supuestamente para vigilar que no escape, o que le obligan a mirar propaganda estatal durante varias horas al día.

Otros nombres importantes entre los críticos de Vladímir Putin como Ilya Yashin también entraron en prisión este 2022, mientras que algunos otros como Garry Kasparov o Lyubov Sobol viven en el extranjero. Esta última tiene una condena de seis meses pendiente por haber burlado las leyes contra el covid rusas, aunque ella sostiene que es "por razones políticas".