Las primeras palabras de Rishi Sunak como primer ministro del Reino Unido fueron para ajustar algunas cuentas y marcar las distancias de estilo con sus predecesores. En el discurso inaugural de su mandato, Sunak prometió corregir los "errores" cometidos por Liz Truss. Aseguró que su Gobierno actuará "con integridadprofesionalidad transparencia a cada nivel", dando a entender que será lo contrario de lo ocurrido durante las administraciones de Truss y Boris Johnson. A los que cuestionan su legitimidad, entre los diputados de su grupo y los militantes conservadores de base, les recordó que la victoria electoral de 2019 fue del Partido Conservador y su programa. "No es propiedad única de un solo individuo", sino "un mandato que pertenece y nos une a todos nosotros", en otra referencia a los que le critican porque atribuyen aquel triunfo exclusivamente a Johnson.

Sunak, elegido el lunes líder del Partido Conservador, empleó un tono sobrio y grave para dirigirse a la nación, porque sabe que tomará medidas que pueden ser muy duras impopulares. Advirtió que el Reino Unido se enfrenta a una "profunda crisis económica" y habrá "decisiones difíciles en el futuro", en el intento de restablecer el equilibrio económico y controlar la deuda. "Voy a colocar la estabilidad económica y la confianza en el corazón de la agenda de este Gobierno", señaló. "No tengo miedo. Conozco el puesto al que llego y confío en estar a la altura de las exigencias".

Rishi Sunak saluda al rey Carlos III. Reuters

Nuevo Gobierno, mismos rostros

El nuevo primer ministro necesita frenar las rebeliones internas y garantizar la gobernabilidad de su Gobierno. De ahí el ensamblaje del nuevo Gabinete anunciado pocas horas más tarde. Una coalición de rostros muy conocidos, en la que están representados conservadores de todas las tendencias, con experiencia ministerial en los equipos de Truss y Johnson. En los puestos de más peso no hubo variaciones. Jeremy Hunt continúa como ministro de Hacienda, James Cleverly en Exteriores, Ben Wallace en Defensa, Dominic Raab es de nuevo viceprimer ministro y titular de Justicia y Suella Braverman retorna al departamento de Interior, días después de dimitir por haber infringido el código ministerial con la filtración de un correo. La rival de Sunak en las primarias, Penny Mordaunt, conserva el puesto de presidenta de la Cámara de los Comunes, aunque aspiraba a algo más.

Truss defiende su gestión

El nuevo primer ministro se presentó solo en el Palacio de Buckingham para recibir el encargo del rey Carlos III de formar el nuevo Gobierno, en un encuentro protocolario de poco más de 20 minutos. No le acompañó su esposa, Akshata, algo habitual en este tipo de ocasiones. Ni ella, ni las dos hijas del matrimonio se hallaban a la puerta de Downing Street en el momento de tomar posesión de la residencia oficial. Tales ausencias subrayarían el tono de profesionalidad que quiere imprimir a su mandato, dejando su familia al margen.

Liz Truss sí estuvo, en cambio, acompañada por su marido y sus dos hijas en la despedida al país, después de siete semanas en el cargo y quedar coronada como la primera ministra más breve de la historia del Reino Unido. En sus palabras de adiós volvió a defender su visión económica que ha terminado en un fracaso total y una gestión desastrosa.

"Tenemos que sacar ventaja de nuestras libertades con el Brexit, hacer las cosas de otra manera. Eso quiere decir proporcionar más libertad para los ciudadanos y restaurar el poder de las instituciones democráticas. Significa menos impuestos, para que la gente pueda retener más dinero del que gana y conseguir crecimiento, ya que implica seguridad en el trabajo, sueldos más altos y mayores oportunidades". Y citó, como suele hacer Johnson, a los clásicos. "Como dijo el filósofo Séneca, en la antigua Roma, que no lo intentemos no obedece a que las cosas sean difíciles. Las cosas son difíciles porque no lo intentamos". Truss confirmó que seguirá en la política como diputada sin cargo, en los banquillos traseros de la Cámara de los Comunes. Hará compañía a Theresa May y al propio Johnson. Nunca antes hubo al mismo tiempo tres ex primeros ministros en esa situación.