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Bielorrusia

La muerte súbita del canciller bielorruso levanta sospechas

El político era uno de los hombres de confianza de Lukashenko y abogó por la mediación bielorrusa en el conflicto rusoucraniano

Vladimir Makei, ministro de Exteriores de Bielorrusia, en una imagen de archivo.

Vladimir Makei, ministro de Exteriores de Bielorrusia, era uno de los hombres de confianza del presidente Aleksander Lukashenko. El sábado falleció sin previo aviso. No tenía problemas de salud previos conocidos y no se ha dado ninguna explicación oficial. El propio ministerio en el que trabajó durante una década publicó en las redes sociales que el político “había fallecido repentinamente”, sin apuntar a la causa directa del fallecimiento. Medios estatales como 'Belta' publicaron que “el corazón del ministro de Asuntos Exteriores Vladímir Makei se paró el 26 de noviembre de 2022. ¡De repente!”

La falta de detalles respecto a la muerte del político y diplomático hace saltar algunas alarmas y alimenta los rumores, a día de hoy ninguno sin confirmar. Desde fuentes oficiales su figura está siendo conmemorada con frases como “es difícil imaginar una Bielorrusia moderna sin Makei” o “estuvo durante mucho tiempo en el olimpo político”. Desde el principio del conflicto rusoucraniano el fallecido canciller postuló a su país como un posible mediador, un estatus que ya tuvo con la firma de los acuerdos de Minsk I y II. Solo unos pocos días antes de su fallecimiento asistió junto a Lukashenko a la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza militar en la que Rusia es el mayor actor dentro de la misma. 

Confianza de Lukashenko

Makei, que hablaba inglés, alemán, bielorruso y ruso, era el principal interlocutor del régimen con Occidente. Su defensa de Lukashenko en el extranjero le convirtió en uno de sus hombres de confianza. Así quedó demostrado en 2020, cuando Makei fue el único de los ministros que se mantuvo en el cargo después de que el líder bielorruso cambiara a todo su gabinete tras las elecciones presidenciales y las consecuentes protestas contra el Gobierno. Durante la contestación que puso contra las cuerdas al régimen, Makei defendió a Lukashenko y sostuvo que "quién no esté de acuerdo con la política de nuestro país puede abandonar el ministerio", además de prohibir al personal de Exteriores participar en las manifestaciones. Durante años buscó el equilibrio entre Occidente y Rusia para beneficiar a Bielorrusia.

Fue él quien dio la cara para decir tras las maniobras conjuntas Moscú-Minsk en territorio bielorruso que los soldados rusos abandonarían el país. Semanas más tarde empezó la ofensiva rusa sobre Ucrania y, desde Bielorrusia, entraron las tropas que se dirigían a Chernóbil Kiev.

En Rusia era también un hombre respetado, tal y como reflejan las palabras de su homólogo Serguéi Lavrov. “Vladímir Vladimirovich Makei – el uso del patronímico denota respeto – era un auténtico amigo de Rusia, que hizo una contribución única al desarrollo de la cooperación bilateral", aseguró Lavrov en el telegrama oficial de condolencia del ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

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