Guerra de Ucrania

El antiguo calendario juliano, última víctima de la guerra de Ucrania

Para alejarse de Moscú, la nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania abre la puerta al calendario gregoriano, el que se usa en Occidente

Dos mujeres encienden velas en una iglesia de Kiev el pasado 25 de diciembre, durante la celebración de la Navidad.

Dos mujeres encienden velas en una iglesia de Kiev el pasado 25 de diciembre, durante la celebración de la Navidad.

Irene Savio

Desde que Moscú se quedó en 2014 con Crimea, una parte de los ortodoxos ucranianos han intentado salirse de toda órbita rusa en plena oleada de reafirmación nacional. Ahora, a poco más de dos meses de que se cumpla un año de la guerra iniciada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en febrero pasado, ese anhelo parece estar más cerca, lo que puede cambiar para siempre el rostro de la religión en Ucrania.

El último episodio ha sido la reunión que mantuvieron este pasado fin de semana Sviatoslav Shevchuk y Epifanio I. El primero es el líder de los grecocatólicos ucranianos, que reconocen la autoridad de los papas de Roma. El segundo es jefe de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania del Patriarcado de Kiev, que nació en 2018 tras uno de los últimos cismas de los ortodoxos ucranianos, precisamente para distanciarse aun más de Moscú.

La cuestión es que este pasado fin de semana Shevchuk y Epifanio I se reunieron en Kiev, en un encuentro que finalizó con el anuncio de que la Iglesia Ortodoxa de Ucrania emprenderá un camino que puede concluir con la adopción del calendario gregoriano por parte de este grupo religioso. Este calendario es el que se usa hoy en los países occidentales de fe mayoritariamente católica, mientras que hasta ahora los ortodoxos ucranianos han empleado el antiguo calendario juliano (llamado así en honor de Julio César), como sus homólogos en Rusia, Serbia y Montenegro, entre otros países. 

La Navidad y la Pascua

Resultado de ello es el inicio de un camino que puede llevar a cambiar las fechas en las que se festejan las principales recurrencias cristianas. Eso es, por ejemplo, el nacimiento de Jesús (la Navidad), que los ortodoxos ucranianos hasta ahora festejaban el 7 de enero, mientras que los católicos lo celebran el 25 de diciembre. Pero el asunto también podría modificar la celebración de la Pascua, cuyas fechas en los dos calendarios también difieren.

Ahora bien, esto no ha ocurrido aún, puesto que lo que de momento Epitafio I ha decidido permitir es únicamente que sus fieles puedan optar por festejar el nacimiento de Jesús en ambas fechas (el 25 de diciembre y el 7 de enero). "No hemos movido la fecha de la Navidad", ha dicho Yevstratiy Zoria, portavoz del arzobispado de los ortodoxos ucranianos de Kiev.

"Solo le damos a las personas la opción de celebrar otro día", ha añadido Zoria, sin que esto aclarase completamente el asunto. Más aún que el propio sínodo de los ortodoxos ucranianos (que gestiona unas 7.000 parroquias en Ucrania) no ha escondido que la decisión se basa en las circunstancias de la guerra, así como en posibles futuros cambios que se adoptarán en el futuro. De hecho, el 25 de diciembre ya es festivo en Ucrania desde 2017.

La política, en medio

El trasfondo de la cuestión es, por supuesto, la política. Tanto es así que, a comienzos de diciembre, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, propuso prohibir las actividades de la rama de la Iglesia Ortodoxa ucraniana dependiente de Moscú y que desde hace siglos responde a la Iglesia Ortodoxa Rusa. Zelenski incluso adelantó que su oficina ya trabaja en una propuesta de ley que va en esta dirección.

Puede que no sea tan fácil. Expertos ya han señalado que existen obstáculos legales que lo impiden, aun en momentos en los que esta iglesia está sufriendo una sangría de fieles a causa del abierto apoyo del jefe de los ortodoxos rusos, Cirilo, a las acciones de Putin en Ucrania. Y también a raíz de las críticas de las autoridades ucranianas, que tan solo en octubre pasado anunciaron el arresto de 33 sacerdotes acusados de colaborar con Rusia con el conflicto en curso.