Visita sorpresa

Maduro aterriza en Brasil para participar en una cumbre regional que certifica el fin de su aislamiento

Los dos países intentan normalizar las relaciones bilaterales, deterioradas durante los cuatro años de Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro

Lula da Silva recibe en Brasilia a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, este lunes.

Lula da Silva recibe en Brasilia a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, este lunes. / EFE

Abel Gilbert

El aislamiento regional de Nicolás Maduro es parte de un pasado incómodo. El presidente venezolano, con 10 años en el poder, aterrizó el domingo por la noche en Brasilia y agradeció efusivamente la "cálida bienvenida" de los anfitriones. Este lunes se reunió con su colega brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. La foto oficial los muestra a ambos sonrientes. El aterrizaje de Maduro no parece ser ajeno a una serie de movimientos diplomáticos y ciertos avances en las conversaciones entre el madurismo y la oposición para encauzar el conflicto interno.

Las visitas de los jefes de Estado suelen ser anunciadas con bastante anticipación en Brasil. No ha sido el caso con Maduro. Su llegada se mantuvo bajo reserva para que no se convierta en un problema político para Lula. Los dos países intentan normalizar las relaciones bilaterales, deterioradas durante los cuatro años de Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. A pesar del retroceso en los vínculos, el comercio entre los dos países no se detuvo. El intercambio en 2022 fue de 1.700 millones de dólares.

Desde la asunción de Lula, el pasado 1 de enero, cambió a su vez drásticamente el mapa latinoamericano en lo que respecta específicamente a la cuestión venezolana. Bolsonaro no solo había prohibido la entrada de Maduro a Brasil. Llevaba la voz cantante junto con la Colombia de Iván Duque de las políticas de la Administración de Donald Trump que buscaban cambios drásticos en el Palacio de Miraflores. Ahora Brasil se propone contribuir a la solución negociada en Venezuela que cuenta también con el sigiloso seguimiento de Washington.

Maduro llegó a Brasilia en el avión presidencial que opera la aerolínea Conviasa. La aeronave había sido sancionada en febrero de 2020 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Su utilización, en estas nuevas circunstancias, no ha pasado inadvertida.

Cumbre regional

La presencia de Maduro en Brasil coincide con los avances en las discusiones entre su Gobierno y la oposición para encauzar los fondos venezolanos que se encuentran congelados en bancos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Portugal hace cuatro años, cuando, en medio de la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como "presidente encargado", se redoblaron las sanciones contra Caracas. Se trata de más de 3.000 millones de dólares que deben ser usados para atender las graves consecuencias sociales del derrumbe económico.

La decisión de Maduro de viajar fuera de Venezuela informa en ese sentido sobre un nuevo momento político. Se abstuvo el año pasado de participar de la toma de posesión de Gustavo Petro en Colombia. Tampoco estuvo en Buenos Aires, en enero pasado, en el marco de una cumbre regional. El presidente venezolano no visitaba Brasil desde la asunción en 2015 de Dilma Rousseff. Maduro participará además de la Cumbre de Países de América del Sur, que se inicia bajo el liderazgo de Lula el 30 de mayo. La reunión, remarcó días atrás la diplomacia brasileña, no tendrá ningún tipo de "carga ideológica". A la cita están invitados los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Surinam y Uruguay. La mandataria interina de Perú, Dina Boluarte, no cuenta con autorización del Congreso para abandonar el país.

Una de las primeras medidas que tomó Lula al comenzar su tercera presidencia es reactivar la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), de la que fue su principal impulsor. Para el presidente brasileño ese foro debe ayudar también a la superación de los graves problemas venezolanos. La cita de Brasilia tiene lugar un mes después de que en Colombia, unos 20 países, entre ellos Estados Unidos, apoyaron el levantamiento de las sanciones a Caracas si en 2024 se realizan elecciones libres.