Conflicto en Oriente Próximo

“Todo es Hizbulá” y “el Líbano no existe”: Israel recicla el manual de Gaza para su nueva agresión

La retórica israelí para justificar los ataques y la metodología militar usada sobre el país de los cedros recuerda a las utilizadas con la Franja

Una mujer llora tras un ataque israelí en el pueblo de Maisara, en el norte de Beirut, este miércoles.

Una mujer llora tras un ataque israelí en el pueblo de Maisara, en el norte de Beirut, este miércoles. / BILAL HUSSEIN / AP

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

La excepcionalidad de la violencia no esconde lo repetitivo de su camino. El Líbano está bajo las bombas. Desde hace días, el país de los cedros sufre el mayor ataque en más de tres décadas. Medio millón de personas han huido de sus hogares en el intento de salvar la vida. Mensajes del enemigo urgiendo a la ciudadanía que evacúe. Carreteras, puentes y autopistas atacados. Hospitales bombardeados. Civiles y trabajadores humanitarios asesinados. La tragedia del Líbano se asemeja a otras recientes. No hay que viajar a un pasado lejano para encontrar similitudes que son calcos. Tan solo basta con recorrer la distancia imposible de 182 kilómetros a través de unas fronteras infranqueables. El Líbano va camino a convertirse en una nueva Gaza.

Así lo han querido los líderes israelíes desde el primer día de esta nueva escalada. Desde las autoridades militares hasta el primer ministro, Binyamín Netanyahu, reciclan la retórica usada hace casi un año en la Franja de Gaza para justificar la agresión contra el Líbano. Solo cambia el escenario. Todo lo demás es trágicamente idéntico dejando un reguero de víctimas sin fin. "Tengo un mensaje para el pueblo del Líbano: la guerra de Israel no es contra ustedes, es contra Hizbulá", ha dicho Netanyahu en un vídeo publicado en sus redes sociales. "Hizbulá ha estado usándolos como escudos humanos durante demasiado tiempo; ha colocado cohetes en sus salas de estar y misiles en sus garajes, y esos cohetes y misiles apuntan directamente a nuestras ciudades, directamente a nuestros ciudadanos", ha insistido, sin aportar pruebas más allá de una simulación con inteligencia artificial de proyectiles ocupando una planta entera de cada casa libanesa en la misma calle.

Unos días antes, el ministro israelí de Diáspora, Amichai Chikli, cuestionaba abiertamente la existencia de un Estado libanés. Incluso, sugería que se trazaran las fronteras de nuevo para que Israel pudiera tomar y ocupar más territorio. "El Líbano, aunque tiene una bandera y aunque tiene instituciones políticas, no responde a la definición de país", decía en un tuit que acompañaba con un mapa con pueblos libaneses objetivo para la ocupación israelí. "Una zona de amortiguación renovada, libre de población enemiga, es lo correcto y lo más justo desde el punto de vista de la seguridad, tanto desde el punto de vista político como moral", añadía, como si en esas aldeas libanesas no vivieran miles de personas. Como si esa ocupación no la hubieran probado ya, entre 1982 y 2000, cuando la resistencia de la guerrilla de Hizbulá hizo que los soldados israelíes se vieran obligados a retirarse del sur del país de los cedros.

Los civiles, "escudos humanos"

"La afirmación oficial israelí de que casi todos los edificios del sur del Líbano ocultan varios misiles es una excusa para la destrucción masiva de infraestructura civil y un intento de sembrar división entre Hizbulá y la base popular", denuncia el analista e investigador de la región, Sam Heller, en X. Cuando empezó la guerra contra Gaza, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, en la justificación de todos los ataques estaba Hamás. Hospitales, escuelas, universidades, hogares, mezquitas; todas ellas parecían esconder algo del grupo palestino y servir a su esfuerzo de guerra.

Igual que los gazatíes eran "escudos humanos" de Hamás, ahora Israel defiende que los libaneses también lo son de Hizbulá. Igual que la ofensiva israelí tenía que salvar a los gazatíes de la mano de hierro del grupo palestino, la escalada militar en el Líbano pretende liberar a una ciudadanía "secuestrada" por la milicia chií. Igual que, de acuerdo a las simulaciones de las tropas israelíes, el hospital gazatí Al Shifa escondía el centro de mando y control de Hamás, ahora todos los hogares libaneses tienen una "sala de lanzamiento de cohetes especial", según el ex primer ministro israelí Naftali Bennett. "Israel ahora está desplegando la misma campaña de propaganda de guerra que utilizó en Gaza para justificar sus crímenes, empezando por "el Líbano no existe", "todos los libaneses son Hizbulá", hasta presentar escuelas y hospitales como bases militares", denuncia Marwa Fatafta, analista política de Al Shabaka. 

Miedo al olvido en Gaza

Hace meses que Netanyahu amenazó a Hizbulá con que "Israel convertirá Beirut en Gaza". Las decenas de miles de mensajes telefónicos enviados el lunes a la población civil del Líbano parecían el preludio de esta promesa. A través de avisos telefónicos, panfletos, y publicaciones en redes sociales, las autoridades israelíes dijeron a los libaneses que dejaran sus casas, como han hecho tantas veces en este año con la población gazatí. En algunos casos, como en el enclave palestino, bombardea carreteras, puentes y autopistas que necesitan utilizar para huir de su campaña de bombardeos indiscriminados. Además, en la frontera compartida entre ambos países, ya hace días que se concentran centenares de soldados israelíes. "Necesitamos cambiar la situación de seguridad; debemos estar muy bien preparados para una maniobra y una acción", les ha dicho este miércoles el jefe del Comando Norte del Ejército israelí, el general Uri Gordin.

Mientras, en Gaza, la violencia sobre ellos no ha amainado. Entre el miedo y la desesperación, tienen espacio para mostrar solidaridad con sus hermanos libaneses, aunque no pueden evitar temer el olvido. El mundo sólo tiene lugar para llorar por un solo pueblo. En un mensaje que los propios gazatíes conocen bien, Netanyahu prometió a los libaneses: "Una vez que nuestra operación haya terminado, podrán regresar sanos y salvos a sus hogares". Eso mismo les dijo a la población civil de Gaza, a la que incluso le bombardean las tiendas de campaña. Como en el enclave palestino, los grupos de colonos se frotan las manos en vistas de nuevos territorios que judeizar.

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