Régimen islamista

"Los talibanes son enemigos de la vida": la historia de una refugiada afgana que busca un nuevo comienzo en Barcelona

Massouda Kohistani escapó de su país tras recibir amenazas contra su vida y la de su familia

Entrevista con estudiante afgana Massouda Kohistani en un programa de acogida de refugiados en la UB. Facultad de Derecho.

Entrevista con estudiante afgana Massouda Kohistani en un programa de acogida de refugiados en la UB. Facultad de Derecho. / ELISENDA PONS

María Mondéjar Segovia

Barcelona

"Los talibanes son enemigos de las mujeres, de la ley, de la humanidad, del desarrollo y de la vida", asegura Massouda Kohistani, activista afgana refugiada en España desde agosto de 2021. Con 42 años, estudia en Barcelona becada por el Programa de apoyo de la Universidad de Barcelona para personas refugiadas, lo que le permite cubrir su alquiler en Viladecans, su máster en Políticas Públicas y su vida diaria.

En Afganistán, Massouda era investigadora sénior en una organización internacional y participaba como activista en debates y conferencias de paz. "Yo tenía una vida normal. Todos los días había explosiones, combates y asesinatos, pero continuábamos con nuestra vida. Teníamos un futuro por delante y nuestro gobierno estaba luchando contra los terroristas", recuerda Massouda. 

En abril de 2021, la Administración de Joe Biden anunció la retirada de las tropas de Afganistán antes del 11 de septiembre, marcando el fin del conflicto armado más largo de EEUU. Esta decisión seguía las negociaciones de Trump con los talibanes, que incluían un alto el fuego y la retirada de las fuerzas extranjeras. Sin embargo, la población afgana se preguntaba, "¿por qué Estados Unidos, que se llama a sí mismo la superpotencia del mundo, ahora está negociando con este grupo terrorista?", comenta Massouda.

Vivir siendo refugiada

La llegada de los talibanes a Kabul, el 15 de agosto, cogió por sorpresa a Massouda y su familia. Todos ellos habían huido ya del primer gobierno talibán en los 90 y habían emigrado a Pakistán, donde trabajaban sin descanso para conseguir mantener una vida digna. Su retorno a Afganistán no había sido amable, tuvieron que empezar otra vez de cero en su propia tierra. Esta vez Massouda le dijo a su familia que no quería dejar el país. "Si nos matan, que nos maten a todos juntos. Si nos vamos, nos vamos todos juntos", les recalcó.

Pero Massouda recuerda perfectamente el hecho que la llevó a cambiar de opinión. El 20 de agosto salió de su casa para comprar el pan, encontrándose frente a su puerta con un talibán que la reconoció por sus intervenciones como activista en la televisión. Massouda relata que el hombre la insultó durante mucho rato y le dijo: "Traeré al grupo de los talibanes para matar a todos los hombres de tu familia y casarme con todas las mujeres de tu familia". Luego le dio una paliza.

Después de aquello, Massouda intentó buscar ayuda en organizaciones internacionales, pero fue una periodista española quien la ayudó a salir del país. "Si estuviera en Afganistán, no me hubieran matado solo a mí, también a toda mi familia. Escapé del país por ellos", se lamenta Massouda, que ni siquiera tuvo tiempo de despedirse antes de ir al aeropuerto. Aunque está agradecida de estar aquí con una beca, se le escapan las lágrimas cuando habla de su familia y del futuro. "No soy feliz, porque a mi edad debería tener mi propio trabajo y mi propia vida", confiesa.

El 'apartheid' de género bajo el régimen talibán

La situación de las mujeres en Afganistán se ha deteriorado tanto que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha determinado que las mujeres afganas pueden solicitar asilo en la UE debido a su género y nacionalidad. Las medidas discriminatorias contra ellas, como la prohibición de estudiar, trabajar, salir sin un hombre o hablar en público, se consideran actos de persecución.

"Imagínate cómo es que no dejan entrar a las mujeres embarazadas al hospital, les obligan a dar a luz en casa", denuncia Massouda. Ella sigue en contacto con activistas de su país y quiere ayudar a las niñas a las que han prohibido estudiar: "Me grabo todos los días y comparto los vídeos con las chicas, enseño geografía". Pero Massouda explica que aunque estudiar online es la única solución para las niñas afganas, muchas no tienen internet o un teléfono para hacerlo. Además, concluye que "las mujeres son las principales víctimas de la ideología talibana".

Massouda se alegra de que países como Canadá, Reino Unido, Australia y Países Bajos quieran llevar a los talibanes ante la justicia por la discriminación contra las mujeres. Sin embargo, considera que la comunidad internacional debería hacer algo más. "Afganistán se ha convertido en un campo de batalla para luchar por el poder global. Las potencias mundiales están compitiendo allí, por eso no hacen nada", opina Massouda.

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