La AfD alemana se gana a Orbán como primer gran aliado europeo en su carrera hacia el poder

"Bienvenida. Encantado de recibir en Budapest al futuro de Alemania", saludó este miércoles el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, a la líder de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, a la que los sondeos pronostican el segundo puesto en los comicios generales del próximo 23 de febrero.

"Hungría es nuestro modelo para que la debilitada Alemania vuelva a ser un país rico, acabe con la inmigración ilegal y recupere su soberanía", respondió Weidel, quien trasladó así a Budapest su campaña electoral. La líder de la AfD abundó, como suele hacerlo, en el término 'ilegal' para referirse a la inmigración irregular, que promete combatir con deportaciones masivas.

El ultranacionalista Orbán, impulsor del grupo parlamentario de los Patriotas para Europa que intregran también la francesa Marine Le Pen, el español Santiago Abascal y el austriaco Herbert Kickl, la recibió en su sede, un antiguo convento carmelita en la capital húngara. Calificó a Weidel de próxima canciller alemana, puesto al que aspira pese a no tener aliados y al cordón sanitario del espectro parlamentario alemán. Juntos se dedicaron a responsabilizar de la situación actual de Alemania no tanto al Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz, sino a la gestión de quien fue la primera y hasta ahora única cancillera de la potencia europea, la conservadora Angela Merkel.

Weidel no asistió a la reunión de los Patriotas para Europa del pasado fin de semana en Madrid. No forma parte de este grupo de la Eurocámara ni tampoco de la otra gran familia de la extrema derecha del bloque comunitario, la de los Conservadores y Reformistas en la que están la italiana Giorgia Meloni y la ultraconservadora Ley y Justicia (PiS) polaca.

Apoyos en la UE, de Elon Musk y de donativos récord

La AfD está aislada de estos dos grandes grupos de la Eurocámara por su radicalización. Que Orbán la recibiera con honores en Budapest se interpreta como una muestra de que, a escala europea, está abandonando el aislamiento político. Los sondeos le pronostican un 20% de intención de voto en los comicios nacionales, 10 puntos por debajo del bloque conservador de Friedrich Merz. Al socialdemócrata Scholz se le sitúa en tercera posición con un 15%, un punto por encima que a su único aliado de gobierno, los Verdes.

Weidel ha expresado reiteradamente su admiración por Orbán, en el poder desde 2010, y también por la ultraderecha austríaca de Kickl. Comparten el ideario antiasilo más acérrimo, la condición de euroescépticos y también la de partidos prorrusos, lo que en el caso de Orbán le ha consolidado como el principal aliado de Vladímir Putin dentro de la Unión Europea (UE).

A Weidel, el apoyo internacional del ultranacionalismo húngaro le viene después del respaldo obtenido en su campaña del magnate y asesor de Donald Trump, Elon Musk. Han sido varias las exhibiciones de esa 'alianza' entre la ultraderecha alemana y la actual Administración estadounidense. Musk ha brindado a Weidel un chat compartido en X y ha intervenido en formato virtual en sus mítines.

Junto a estos apoyos, el partido de Weidel ha recibido recientemente donativos por sumas desconocidas para el resto de las formaciones políticas. El penúltimo de estos aportes económicos, por 2,3 millones de euros, procedía de un empresario austríaco, Gerhard Dingler, según consta en el registro sobre donaciones a los partidos del Parlamento alemán (Bundestag). A este apoyo ha seguido uno por casi seis millones de euros, dejados en herencia por una donante berlinesa. El patrimonio declarado por la AfD ha subido así a 38,3 millones de euros, frente a los 23,5 millones que tenía el año pasado.