Relaciones pontificias

El Papa Francisco y Trump: una historia de desencuentros

La migración se erigió desde un primer momento como el principal desencuentro entre la Santa Sede y Washington

Visita de Trump al Vaticano en 2017

Visita de Trump al Vaticano en 2017 / // EVAN VUCCI / AP

Markel de Bilbao Catediano

Barcelona

"Un hombre bueno, que trabajó duro y amó al mundo". Esas fueron las palabras que Donald Trump eligió para despedir al Papa Francisco tras su reciente muerte. El presidente de EEUU será además uno de los líderes presentes el sábado en el funeral que se celebrará en la plaza Vaticana de San Pedro. Más allá de las cálidas palabras con las que Trump trata de poner punto y final a su relación con el Pontífice, Washington y el Vaticano han estado lejos de entenderse cuando el magnate ha ocupado la Casa Blanca. 

Aunque las disonancias entre sus discursos son notorias, existen ciertos paralelismos entre su llegada al poder y la concepción de su figura una vez elegidos. Su condición de 'outsiders', su apelación a los "olvidados de la sociedad", y la promesa de desburocratizar sus respectivas instituciones son ejemplos de ello. Aun así, desde declaraciones cruzadas, hasta regalos con segundas intenciones, Trump y Jorge Bergoglio han tratado siempre de mostrarse como lo que son, dos visiones diferentes de un mismo mundo.

Principales discordancias

La migración se erigió desde un primer momento como el principal desencuentro entre la Santa Sede y Washington. Desde que en 2013 ocupara el cargo, la "gente de los márgenes", como les denominaba él, ha sido el núcleo principal del proyecto social impulsado por el Papa. En este sentido, la crisis migratoria ha sido el claro reflejo de que la desigualdad global y el Pontífice hizo de la lucha en favor de los migrantes su bandera. Por ello, el choque ideológico con Trump ha sido directo desde un primer momento.

"Quien solo piensa en construir muros, dondequiera que estén, y no en construir puentes, no es cristiano". Así criticó el Papa la construcción del muro con México en el primer mandato del magnate. Sus palabras explicitaron la clara posición que Bergoglio tomaría con los migrantes duante su estancia en la Santa Sede. En respuesta a ello, Trump expresó que estaba "orgulloso de ser cristiano" y que "ningún líder, especialmente un líder religioso, debería tener derecho a cuestionar la religión o la fe de otro". 

En la misma línea, las deportaciones masivas que Trump pronosticaba para su segundo mandato condujeron la distancia entre los líderes a uno de sus puntos más álgidos. En una carta escrita en febrero a la Conferencia Episcopal estadounidense, el Papa criticó el trato de Trump a los migrantes, y dijo que “el acto de deportar a personas que en muchos casos han abandonado su propia tierra por razones de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro del medio ambiente, daña la dignidad de muchos hombres y mujeres”.

Turbulencias

Incluso antes de que fuera elegido presidente, Trump ya miraba a Bergoglio de reojo. Poco después de que la fumata blanca desatara el júbilo en la plaza de San Pedro, el nuevo Papa fue al hotel, donde se había alojado los días previos, a pagar lo que debía por su estancia.

Fue el primero de muchos gestos que marcarían la imagen y recuerdo del Papa Francisco.Trump consideró que la situación era idónea para marcar sus primeras diferencias con el líder cristiano. "No me gusta ver al Papa de pie en la caja de un hotel para pagar su cuenta", y añadió: "¡No es propio de un Papa!”. 

En 2017, ya con Trump como presidente, el Papa recibió a este y su familia en el Vaticano. La reunión se preveía tensa, ya que durante la campaña a la presidenciales de 2016 el Papa tomó posiciones contrarias a las propuestas que Trump anunciaba. Un ejemplo de ello fue las polítcas migratorias en la frontera sureña, cuando Bergoglio calificó de "mal cristiano" a todo aquel que pretendiera construir un muro para parar la migración.

Medio ambiente

Aun así, lejos de ser un encuentro hostil, la visita se enmarcó en un ambiente cordial. Trump declaró incluso que Bergoglio era "excepcional, es realmente bueno. Tuvimos una reunión fantástica y un recorrido fantástico; fue realmente hermoso".

No obstante, los gestos de respeto no fueron un obstáculo para que el Papa tratará de deslizar uno de sus mensajes políticos. Así, le regaló al dirigente una copia de su influyente encíclica sobre la preservación del medio ambiente como muestra de preocupación por la crisis climática. Esto no evitó que pocos días después EEUU  abandonara el Acuerdo de París.

Las cosas cambiaron con el segundo mandato, y se dejaron de lado las cordialidades. Las políticas migratorias no solo ocuparon los mítines de Trump, sino que también fueron objeto de las principales reprimendas del Pontífice. La relación entre ambos dirigentes, excepto por la última visita del videpresidente J.D.Vance, ha sido prácticamente inexistente durante los últimos meses. En cierto sentido, la ruptura pareció reflejar una creciente división entre los católicos estadounidenses tradicionalistas y el Vaticano bajo el liderazgo de Francisco, que había buscado ser más inclusivo con las parejas del mismo sexo, las mujeres y otros grupos.

Continuidad o ruptura

El mandato del Papa será recordado por romper con los marcos en los que el Vaticano se había movido hasta ese momento. Aun así, los acontecimientos se suceden, y un nuevo Papa sustituirá a Francisco el mes que viene. En este contexto en el que la Administración de Trump considera la religión y el cristianismo como uno de sus pilares ideológicos, una figura influyente en el Vaticano puede ser fundamental para EEUU y sus planes globales.

Así, el nombre del cardenal conservador Raymon Burke ha sido durante estos días uno de los más escuchados. Su cercanía con Steve Bannon, ex-asesor de campaña de Trump, y sus posiciones neoconservadoras dejan ver su cercanía con la administración. Difícilmente será Burke el elegido para sustituir a Francisco, pero la influencia del cardenal en el siguiente mandato puede ser una baza a favor de Trump en su reconfiguración del tablero global.

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