Guerra en Ucrania
Las gestiones diplomáticas de Trump con Putin se cierran sin un avance específico hacia un alto el fuego en Ucrania
El republicano afirma que las negociaciones entre Moscú y Kiev empezarán "inmediatamente" pero Putin insiste en la necesidad de "eliminar las causas" del conflicto

Trump llamará el lunes a Putin y a Zelenski para negociar el fin de la guerra

Este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha sumergido en una intensa jornada de diplomacia con el presidente ruso, Vladimir Putin, y otros actores, gestiones que tenían como objetivo lograr avances hacia una resolución pacífica de la guerra de Ucrania. El éxito del republicano en esa misión es, cuando menos, cuestionable.
Después de mantener una conversación telefónica de más de dos horas con Putin, Trump ha explicado en un mensaje en su red social Truth Social que "Rusia y Ucrania empezarán inmediatamente negociaciones hacia un alto el fuego y, más importante, un fin de la guerra". Su eufórico tono, no obstante, ha contrastado con palabras mucho más moderadas sobre lo acordado de Putin, que han dejado claro que no hay nada de inmediatez.
También mucho más contenida ha sido la reacción del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que ha hablado con el mandatario estadounidense tanto antes como después de que este mantuviera su conversación con Putin. Pese a mantener un tono diplomático, Zelenski ha sugerido que Moscú sigue dejando más palabras que acciones que permitan acercarse al fin del conflicto.
Insistencia en las "causas raíz"
Trump y Putin han sido generosos en halagos mutuos. En su mensaje en su red social, el estadounidense ha definido como "excelente el tono y el espíritu de la conversación" y Putin, por su parte, ha hablado ante la prensa rusa de una conversación ""muy informativa y constructiva. El estadounidense ha destacado además el potencial de una relación comercial bilateral normalizada y, desde el Kremlin, Yuri Ushakov ha apuntado a la negociación de un potencial intercambio de 18 prisioneros (nueve estadounidenses encarlados en Rusia por nueve rusos en prisiones de EEUU).
El fondo sobre la guerra de los mensajes, no obstante, hay una cacofonía. El presidente estadounidense, como los líderes europeos con los que ha hablado el fin de semana y también este lunes, sumándolos a su segunda llamada con Zelenski, querían que Moscú acceda a un alto el fuego de 30 días sin condiciones, pero Putin sigue dando largas a esas reclamaciones y Trump ni siquiera hace mención pública de ellas.
El presidente ruso, que este lunes se ha adelantado al estadounidense a la hora de explicar a los periodistas lo hablado entre ambos, en sus declaraciones en Sochi asegura que las dos partes están "en términos generales en el camino adecuado", asegurando que continúan los contactos que arrancaron el viernes en Estambul. Pero ha vuelto a insistir en que hay que eliminar lo que él llama "causas raíz" del conflicto. Esa es una expresión con la que suele referirse a ideas como la de que el gobierno de Zelenski en Ucrania es ilegítimo y debe ser reemplazado, que el país debe recortar sus fuerzas armadas y no puede recibir ayuda militar de occidente o que deben imponerse límites a su soberania, con amplia influencia de Moscú en el país.
Este lunes Putin explicaba que “Rusia propondrá y está dispuesta a colaborar con la parte ucraniana en la elaboración de un memorando sobre un posible futuro tratado de paz que defina una serie de posiciones. Por ejemplo, los principios de resolución o el plazo para la posible conclusión de un acuerdo de paz, incluyendo un posible alto el fuego durante un período determinado si se alcanzan los acuerdos apropiados”.
Tras esas palabras Zelenski identifica tácticas dilatorias que tampoco escapan a líderes europeos que han participado en la llamada con Trump: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente francés, Emmanuel Macron; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el canciller alemán, Friedrich Merz, y el presidente de Finlandia, Alex Stubb. Y es un frente que urge a que haya más presión sobre Putin, incluyendo sanciones, si no da pasos concretos y específicos.
El Vaticano
Trump, que según decía su secretaria de prensa antes de las llamadas ha llegado a este momento "cansado y frustrado con las dos partes del conflicto", este lunes decía también en Truth que las condiciones para empezar las negociaciones serán "negociadas por las partes, el único modo en que puede ser, porque ellos conocen detalles de una negociación que nadie más podría" (conocer). Además, cerraba su mensaje haciendo referencia al interés que ha mostrado el Vaticano por acoger esas negociaciones.
Son elementos que hacen que algunos interpreten que el líder de Washington va dando pasos para desvincularse de este conflicto que, pese a lo que prometió en campaña, ha sido incapaz de solucionar rápidamente. Y en ese contexto es como se han leído palabras como las de Zelenski o Von der Leyen este lunes recordando la importancia de que EEUU siga siendo parte de las negociaciones.
Expectativas rebajadas
Ya antes de las conversaciones las partes implicadas rebajaban las expectativas sobre que Trump y Putin fueran a ser capaces de lograr algún avance específico significativo. Desde el Kremlin Dmitri Peskov, el portavoz de Putin, aseguraba que poner fin a la guerra de Ucrania requerirá de “trabajo laborioso y, quizá, prolongado”.
El vicepresidente, J.D. Vance, que el domingo se reunió en Roma con Zelenski aprovechando la presencia de ambos en la primera misa del Papa León XIV, había dejado claro también que Washington ve la crisis en una situación de ‘impasse’ y avisaba de que Trump está “más que dispuesto a abandonar” sus esfuerzos para impulsar las negociaciones entre Rusia y Ucrania.
“No vamos a trabajar en vano, queremos ver resultados”, decía con inusitada contundencia Vance, que aunque explicaba que Washington entiende que hay desconfianza de Rusia hacia Occidente y que Trump cree que se debe “poder superar los errores que se han cometido en el pasado”, añadía: “Es cosa de dos”.
“Trump está dispuesto a hacer eso pero si Rusia no, entonces vamos a tener que acabar diciendo: “esta no es nuestra guerra. Es la guerra de (Joe) Biden, la guerra de Putin’”, ha declarado el vicepresidente al emprender su viaje de regreso desde Italia. “Intentaremos ponerle fin pero, si no podemos, tendremos que decir. ‘Mereció la pena intentarlo pero ya no lo vamos a hacer más’”.
Alto el fuego
Aunque Trump ha barajado la idea de elevar las sanciones a Rusia, la presión real hasta ahora se ha ejercido más sobre Ucrania. Y mientras Moscú lanza mensajes públicos de respaldo a iniciativas de diálogo y a los reclamos que le ha hecho directamente Trump de que frene la violencia, y halaga a Trump mostrando su “agradecimiento” y “enorme valoración” de su mediación, a la vez sigue postergando concesiones reales y atacando Ucrania. El fin de semana, antes de las conversaciones, Rusia acometió varios de los más intensos ataques recientes a objetivos civiles en el país, con 400 drones.
Esos ataques llegaron después de que el viernes Rusia y Ucrania mantuvieran en Estambul las primeras negociaciones directas desde las primeras semanas de la guerra. Aunque se acordó un intercambio de prisioneros, hubo pocos avances más y solo acordaron seguir negociando sobre un posible alto el fuego.
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