En muchas ocasiones hemos oído hablar de lo dura que es la vida para las mujeres de los pescadores o los camioneros, que deben pasar mucho tiempo solas y, en el mejor de los casos, cuidar a su familia sin el importante apoyo de la figura paterna. Y es cierto, porque ambas profesiones históricamente han sido feudo de los hombres y en la actualidad todavía hay muy pocas mujeres que se han atrevido a romper las barreras.

Sin lugar a dudas, no es éste el caso de Pilar Gómez, una mujer de La Vall d´Uixó que desde hace dos años se pone al volante de un camión de ruta internacional como conductora profesional. Lo paradójico de su situación es que no deja a su marido en casa al cargo de la familia --tienen dos hijas--, sino que ambos se han subido al mismo camión en lo que ahora se conoce como conductor doble.

Diego Soriano, su marido, lleva más de siete años dedicándose al transporte internacional de mercancías. Muy pronto, el interés de Pilar por el mundo del camión fue en aumento hasta que decidió apuntarse a la autoescuela y sacarse el carnet. "La verdad es que siempre me ha gustado mucho conducir y cuanto más grande era el coche, mejor", comenta Pilar. En este sentido, asegura que la elección de esta profesión no debería hacerse por dinero porque "es un trabajo muy duro y sacrificado".

El hecho es que tanto Diego como Pilar se plantearon la posibilidad de formar equipo. En la empresa en que trabajaba Diego se estaban buscando dobles conductores, preferentemente matrimonios, "porque son mucho más fáciles de congeniar, se pasan muchas horas juntos y hay que evitar problemas", comenta.

Desde su experiencia como conductora asegura que las mujeres todavía lo tienen muy difícil, aunque apunta que "hay muchos camioneros, sobre todo extranjeros, que cuando ven a una mujer al volante la reconocen y la animan". Y es así porque lo peor de este trabajo son las horas interminables al volante en una carretera en la que nunca se sabes qué puede pasar.