A pesar de que el volumen de las exportaciones ha sido mayor, los empresarios citrícolas se han encontrado este año con serias dificultades añadidas, como consecuencia del descenso de producción en variedades como la clemenules en Castellón.

Frente a este hecho, almacenes y cooperativas se han visto forzados a recurrir a la producción de otras regiones, como Tarragona, Murcia, Andalucía, Portugal o Marruecos, lo que eleva los costes de las firmas.

Asimismo, desde Asociex se afirma que, a lo largo de este año, también han aumentado las dificultades para colocar la oferta en los puntos de consumo, debido a los precios moderadamente altos que se han pagado en el campo al agricultor y la fuerte presión ejercida por las empresas de distribución, que amenazaron con desviar demanda de fruta española por la de otros orígenes, como Turquía o Grecia.