El último trimestre de este curso será de los más cortos de la historia. A los escolares de Infantil y Primaria sólo les queden 32 días de cole hasta final de curso por la concatenación de fiestas, que se convertirán en 37 para los de instituto. Pero quienes peor lo tendrán van a ser los estudiantes de Vila-real, donde la celebración de las fiestas de San Pascual --entre el 10 y el 18 de mayo-- les dejará con cinco días menos de clase.

La presidenta de la Confederación del APA Gon§al Anaya, Carmen Molina, constata que este calendario no es racional. "No piensa en los niños", explica. El martes y el miércoles --indica-- habrá clase. "Serán días tontos, porque se viene de vacaciones y están esperando, porque se van a volver a ir", afirma. Y es que, el jueves, vuelve a ser fiesta, por el puente del 1 de mayo.

Conclusión: "Quedan 30 días lectivos". "El calendario va bailando, porque en Castellón la Semana Santa se junta con la Magdalena y es un jaleo", admite. En su opinión cada tres meses debería disponerse de un periodo de descanso, atendiendo a las necesidades de los alumnos, para que rindan mejor.

CURSO MAL PLANIFICADO

Para la directora del colegio público Gaet Huguet, María Ángeles Remolar, "si el curso está bien planificado no debe haber problemas. Por ejemplo, si el primer trimestre es más largo se carga más de contenido; además, el mes de mayo quedará entero y en junio hay jornada única". En junio los de Primaria van sólo por la mañana.

La presidenta del APA de Oropesa, Patricia Prades, observa: "A una madre trabajadora, el último trimestre se le hace corto, aunque comprendo que los niños necesitan descansar y los profesores, organizarse".

"No pasa nada por que los niños de Infantil y Primaria tengan vacaciones de Semana Santa. Los alumnos que van a pasar al instituto quizás les cueste un poco más, agrega.

La directora del Gaet Huguet admite, con todo, que quienes peor lo tendrán serán los alumnos de Secundaria. El responsable del departamento de Orientación del IES Matilde Salvador, José Juan Sidro, explica que la clave radica en dar el grueso del temario en el trimestre que queda más largo, aunque, con la movilidad de las fiestas, ello obligue a rehacer, cada año, la programación general del curso.

Este curso, observa, el mes de abril casi ha desaparecido a efectos escolares, aunque, indica, en Castellón queda un mes de mayo íntegro. "Se insta a los profesores a que el último trimestre sea menos denso y el primero y el segundo más cargados, porque el último trimestre se queda en nada. Si la programación no está bien hecha y en enero y febrero te relajas te arriesgas a llegar a abril o mayo con el agua al cuello", indica.

Esta adecuada programación es vital para los alumnos de 2° de Bachillerato, para quienes el último trimestre debe ser aún más ligero. Y es que a mitad de junio deben examinarse de Selectividad, para lo cual, a finales de mayo deben haber terminado los exámenes de final de curso.

Los padres observan que el calendario debería tener más días lectivos. "Si se empieza pronto el curso también acaba pronto. La mayoría de actividades de verano empiezan en julio y el niño acaba el curso a mitad de junio", explica Anaya.