El PSOE obtuvo ayer una victoria sobre el PP que casi le supo a derrota. En las elecciones locales, el mejor test cara a las generales del 2004, la pugna entre José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero se saldó a favor del líder socialista por unos 206.000 votos de ventaja. Sin embargo, el PSOE no logró recortar el poder territorial del Partido Popular.

Diez años después de su último triunfo en unos comicios de ámbito nacional, las generales de 1993, el PSOE se impuso ayer en las urnas a lomos del rechazo social cosechado por Aznar al apoyar la guerra de Irak. Las listas socialistas obtuvieron 7,9 millones de papeletas (el 34,8% de los votos emitidos), frente a los 7,7 millones del PP (33,8%). La ventaja del PSOE, 206.000 sufragios, es notablemente superior a la que logró el PP cuatro años atrás: apenas 38.000 papeletas.

EL ÉXITO DE GALLARDÓN

Pero lo cierto es que, pese a la notable ventaja del PSOE en sufragios, el PP logró salvar los muebles gracias al éxito de Alberto Ruiz-Gallardón en la ciudad de Madrid. El presidente saliente de la comunidad madrileña obtuvo en el municipio el 51% de los votos y dos concejales más que su antecesor, José María Álvarez del Manzano. De este modo, Ruiz-Gallardón ayudó a Aznar a maquillar unos resultados negativos que, no obstante, alteran muy poco el reparto del poder territorial en España. El PP sólo ha cedido a la izquierda tres capitales de provincia: Zaragoza, Guadalajara y Segovia, donde gobernaba en coalición con el CDS.

Por contra, los candidatos populares han conquistado los ayuntamientos de Burgos y Granada, hasta ahora en manos del PSOE. La conquista de sendas mayorías absolutas en Burgos y Granada impedirá a los socialistas volver a gobernar mediante pactos con fuerzas minoritarias. La apuesta de Aznar por el exministro de Trabajo Juan Carlos Aparicio en Burgos dio sus frutos.

PÉRDIDA DE TRES ALCALDÍAS

El partido de José María Aznar, que desde las pasadas elecciones gobernaba en 29 de las 50 capitales, perderá con toda probabilidad las tres alcaldías citadas: Zaragoza --donde el PSOE lo ha desplazado como fuerza más votada--, Guadalajara y Toledo, donde la pérdida de la mayoría absoluta permitirá a los socialistas gobernar en coalición con fuerzas minoritarias. El PP también quedará apartado del gobierno de Segovia, cuya alcaldía ha estado estos cuatro años en manos del CDS por mor de una rocambolesca operación política.

El gran varapalo para el PP fue su derrota en la Comunidad de Madrid, donde Ruiz-Gallardón llevaba dos años gobernando con mayoría absoluta. La candidata conservadora, Esperanza Aguirre, fracasó en su intento de rentabilizar en las urnas la herencia de Gallardón y se quedó a dos escaños de la mayoría absoluta.

En Cataluña, la izquierda, más plural hoy que ayer, ganó las elecciones. Las espectaculares subidas de Esquerra Republicana e ICV, los grandes beneficiados de la mayor participación, han compensado con creces el retroceso de PSC (que logra cuatro puntos menos que en 1999) y tienen en su mano la llave de muchos gobiernos municipales. CiU también ha retrocedido, aunque en menor porcentaje (2,25 puntos), mientras que el PP, contra todo pronóstico, ha aguantado el tipo.

Los socialistas, que habían puesto grandes esperanzas en las elecciones de ayer, en la medida en que las plantearon como primarias de las autonómicas de otoño, obtienen menos votos que en las pasadas elecciones y se quedan a mitad de camino en sus objetivos. En Barcelona, sufren un severo correctivo al obtener el peor resultado de su historia.

Por lo demás, la foto fija del mapa autonómico apenas experimenta cambios. El PSOE conserva el poder en Castilla-La Mancha, Extremadura, Asturias, Baleares y Aragón, donde, a causa del Plan Hidrológico, el socialista Marcelino Iglesias registra una espectacular alza en detrimento del PP.