Tres individuos, dos de ellos de nacionalidad rumana y otro alemana, fueron detenidos el 29 de mayo, tras ser detectados en un comercio de Castellón utilizando unas tarjetas de crédito sustraídas con un carnet de identidad falso. Al ser sorprendidos por la policía, uno de ellos hizo ver que le daba un ataque de epilepsia y se arrojó al suelo, momento que aprovechó para tirar debajo de unas estanterías dos carteras. Una de ellas estaba vacía y la otra contenía las tarjetas de crédito a nombre de un ciudadano extranjero que había sido robado, un documento de identidad del mismo individuo con la fotografía del que la llevaba ahora y un permiso de conducir a nombre del detenido, con la misma foto.