A parte de los intereses que confiesan los electores es evidente que existen en una gran parte del electorado intereses propiamente políticos, ideológicos o partidistas. Pero además de la militancia o ideología existen intenciones de fortalecer o debilitar al partido gobernante, combatir o buscar un gobierno con mayoría absoluta y, en ocasiones determinadas, fomentar el cambio de gobierno.

Según los estudios del CIS estos intereses políticos rondan el 40%. La ideología en la izquierda es un factor tradicionalmente más arraigado, que determina de forma más contundente el voto. Así lo manifiesta un 58,8 por ciento de los votantes de IU y un 42,4 por ciento de los del PSOE. En el centroderecha y derecha estos intereses políticos los confiesa un 38 por ciento.

Para el 28 por ciento de los votantes en el 2000, permitir una mayoría absoluta del partido en el gobierno no era el objetivo. Este factor sin duda estará presente en la decisión de los electores políticos a la hora de emitir el voto, pero se verá atenuado por la fidelidad de partido. Como última variante a la hora de decidir a qué partido votar, observamos que la decisión de voto encauzada a fomentar la alternativa de gobierno o el cambio de éste es más moderada que en las tendencias anteriores. Siendo tan sólo fundamental para el 32 por ciento de los votantes.