No faltaron las pancartas de Todos íbamos en ese tren o Castellón contra el terrorismo. Hombres, mujeres, familias enteras, inmigrantes rompieron el minuto de silencio con un clamoroso aplauso. Tal fue la avalancha de personas que el alcalde se vio obligado a volver a salir sobre el improvisado escenario de la plaza Mayor, por los silbidos de las personas que progresivamente se iban concentrando frente al Ayuntamiento y que pensaban que no había leído el manifiesto. Gimeno, que no volvió a leer el texto "porque necesito el permiso de todos", sí expresó de nuevo su rechazo a la violencia.

Incluso la Asociación Musulmana de Castellón participó en una manifestación en la que todo el mundo expresó su "sentimiento de repulsa" y "la condena del atentado". La manifestación acabó, pero la concentración se mantuvo inmóvil. Castellón ni olvida, ni perdona.

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