El Plan Hidrológico Nacional, que debe cubrir las necesidades hídricas de la provincia a través, entre otras actuaciones, del trasvase del Ebro, pende de un hilo con la formación del nuevo gobierno socialista. No es la primera vez que ocurre: lo mismo --o similar-- sucedió con el último cambio de color del Ejecutivo en 1996 y, ahora, de confirmarse las intenciones del partido socialista, la historia volvería a repetirse. Sin embargo, los organizaciones agrarias de la provincia recuerdan que "el PHN es una ley" y confían en que, aunque el trasvase del Ebro acabe paralizado, el déficit hídrico de Castellón tendrá una solución pronta.

En este sentido, tanto Vicent Goterris, delegado de la Unió de Llauradors, como Doménech N cher, secretario de FEPAC, consideran que "todos los partidos políticos son conscientes de que Castellón padece un déficit hídrico que hay que resolver". En la misma línea, N cher indicó que FEPAC está "abierta al diálogo" para alcanzar una solución conjunta, aunque no ocultó que la organización que representa "ha apostado siempre por el plan hidrológico aprobado por el Partido Popular para paliar el déficit de agua en Castellón". "Esta seguirá siendo nuestra principal apuesta", añadió, "hasta que alguien nos presente una alternativa mejor".

FALTA DE CONSENSO Por su parte, Goterris apeló al consenso de todas las fuerzas políticas partiendo de "un denominador común, que es la aceptación por parte de todos de que hace falta agua en Castellón". Así, para el delegado de la Unió, éste sería un buen momento para "retomar el consenso" que, según Goterris, se habría roto en la aprobación del actual PHN. En este punto, Goterris señaló: "Ahora padecemos las consecuencias de no tener un plan hidrológico consensuado".

Muy diferentes son los ánimos en el ámbito político. Inmediatamente después de las elecciones, el Plan Hidrológico Nacional y el trasvase del Ebro se han situado en el primer plano de las declaraciones cruzadas entre socialistas y populares. Los primeros aseguran que el agua va a llegar, pero no desde el Ebro. Así, el cabeza de lista por Castellón, Jordi Sevilla, ha garantizado el agua para la provincia a partir de plantas desalinizadoras y del aprovechamiento de las emisiones de sobrantes al mar.

En la misma línea, la secretaria socialista de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró ayer que "el futuro Gobierno resolverá con rigor y consenso los problemas de cantidad y calidad del agua de toda España, en particular del Levante". Su homólogo en el PSPV, Francesc Signes, fue todavía más lejos, al afirmar que "con el PSOE, los valencianos comenzamos a recuperar el tiempo perdido de estos tres últimos años con la actitud del PP".

Desde el lado opuesto, el Partido Popular ha anunciado ya que presentará iniciativas para "exigir la ejecución y financiación del Plan Hidrológico Nacional", en palabras del portavoz del PP en las Corts Valencianes, Serafín Castellano, quien, además, exigió "un pronunciamiento claro del PSOE ante la necesidad de agua en la Comunidad Valenciana". En este sentido, el portavoz popular señaló que la "evidente influencia del presidente catalán, Pasqual Maragall, va a perjudicar a la Comunidad Valenciana".