El C. D. Castellón bajó ayer el telón a una etapa que ha durado siete años. Un ciclo que emprendió Toni Bonet para salvar a esta entidad histórica de la desaparición. Una trayectoria que ha estado marcada por el éxito en el terreno económico, por cuanto el Castellón ha pasado de estar en la ruina a ser un club prácticamente saneado; y el fracaso en la vertiente deportiva, pues ha sido imposible abandonar el pozo de la Segunda B.

A la hora de hacer balance, creo que es justo dar las gracias a Bonet por su generosidad, por su entrega a los colores albinegros y, sobre todo, quiero resaltar que al frente de nuestro club hemos tenido a una buena persona.

Gracias, presidente.