Hygor y Kevyn Briet son dos niños brasileños, de cinco y nueve años respectivamente, que han llenado de esperanza la vida de todo un pueblo. Y es que, en parte gracias a ellos, este año Ayódar tiene nueve niños en edad escolar y, por tanto, supera con creces el mínimo de cinco exigido por la Conselleria de Educación para que un colegio pueda funcionar.

Hygor y Kevyn llegaron a esta población del Alto Mijares, junto con su madre Ana Paula, en abril de este año a raíz del anuncio promovido con la finalidad de buscar niños para mantener la escuela en la localidad.

Los dos se han integrado perfectamente en la vida de Ayódar, y para sus compañeros es como si hubiesen estado con ellos desde hace años. De hecho, hablan muy bien ya el castellano, sobre todo el pequeño, a pesar de que tan sólo asistieron dos meses a la escuela. Pero jugar con el resto de niños les ha ayudado mucho, comentaba su madre, quien dijo estar "muy a gusto en el pueblo", donde están con la madre de ésta.

Al volver a coger sus mochilas y entrar de nuevo en el colegio, que ha sido reformado, no pudieron ocultar su alegría, cosa generalizada entre sus compañeros. Hygor señaló que ya tiene "ganas de empezar", y su compañero José también, que compartirá aula junto a Ferran, Ana María, Laura, Adrián, Catherin y Joaquín.

Ayódar forma parte del Colegio Rural Agrupado Espad -Millars, compuesto por las poblaciones de Sueras, Tales y Ludiente. "Es como un colegio completo pero con clases divididas, una en cada pueblo", comentaba Montse, la directora del colegio, quién añadía que "las ventajas son muchísimas en un sitio como éste, ya que la atención es más personalizada".

En cierta manera estos siete niños son unos privilegiados, ya que a parte de contar con una maestra y los especialistas que les visitarán cada día, disponen, entre otras cosas, de cuatro ordenadores. Aquí, calidad y cantidad sí están relacionados.